- Las violencias contra la prensa plantean una fuerte preocupación: mientras los manifestantes ejercían su derecho a expresarse, la cobertura informativa también fue duramente reprimida.
Este sábado, durante la marcha de la llamada Generación Z, se registraron dos incidentes graves que involucran a la prensa y jóvenes manifestantes. En la Ciudad de México, el fotógrafo Víctor Camacho, de La Jornada, fue golpeado por policías mientras documentaba la movilización, además de ser despojado de su teléfono y su equipo.
Por su parte, en Morelia, Michoacán, la Guardia Civil detuvo a dos jóvenes —uno de ellos un fotógrafo independiente— mientras documentaban la protesta, y agredió a tres periodistas que intentaban cubrir las detenciones. Una de las reporteras, Liliana Jiménez Nieto, resultó con una herida de 3 cm en la frente tras recibir un golpe con un escudo antimotines.
Estas agresiones ocurrieron en el contexto de una marcha convocada bajo consignas de seguridad, transparencia y justicia, especialmente tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo. Según testigos, parte de los jóvenes comenzó a lanzar huevos y otros objetos contra los granaderos, lo que llevó a una respuesta policial.
Las violencias contra la prensa plantean una fuerte preocupación: mientras los manifestantes ejercían su derecho a expresarse, la cobertura informativa también fue duramente reprimida, incluso cuando los reporteros se identificaron. Las autoridades, por su parte, han defendido su actuación diciendo que algunos agentes confundieron a periodistas con manifestantes.
Este episodio agrega una nueva capa de tensión al movimiento, que ya ha sido cuestionado por su origen: normalistas y organizaciones civiles han denunciado que la marcha está influenciada por intereses de la derecha. Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum condenó la violencia, pero también afirmó que hubo “muy pocos jóvenes” entre los marchantes.
Lo que comenzó como una manifestación para exigir más seguridad y rendición de cuentas escaló en algunos casos a confrontaciones con la policía, afectando tanto a jóvenes manifestantes como a periodistas que buscaban registrar los hechos.


