Hay acciones y expresiones cuyos resultados son fáciles de augurar. La declaración 3de3 presentada por Andrés Manuel López Obrador, era claro, despertaría un sinnúmero de comentarios. Lo contrario sería un tanto absurdo y no menos contrastante con la incapacidad mostrada y las traiciones ejecutadas por otros líderes de partidos y por más de una docena de funcionarios públicos. Un documento de esta naturaleza presentado por el hombre al cual consideran el verdadero y único enemigo a vencer en el 2018, la amenaza de pérdida de poder del PRIAN, tiene el camino del cohetero: si el tabasqueño hubiese relacionado propiedades y cuentas bancarias además de tarjetas de crédito, el señalamiento iría acompañado de la interrogante: ¿de dónde salió para lo reportado? Si como se vio la austeridad ha sido una forma permanente de existencia: no es creíble, esta mintiendo, pone a su esposa al frente hasta de las deudas contraídas.
Era menester espulgar, desmenuzar, buscar renglón por renglón de dónde podría sostenerse una crítica dañina. Salió a relucir hasta la visita reciente a EU para presenciar un encuentro deportivo, lo cual se enmarca dentro de las graves preocupaciones de quienes buscan el poder al dejar claramente establecido, con tan solo un viaje, no existe impedimento alguno para el tabasqueño en sus relaciones con el vecino del Norte, tiene visa y su entrada ha sido, desde siempre, permitida. ¿Cómo compró los boletos? Fue la preocupación del líder tricolor Enrique Ochoa Reza, el punto álgido, el impactante, el revelador de la imposibilidad de esta casta de funcionarios y líderes incapaces de vivir con un salario de 50 mil pesos, aunque tengan a millones de mexicanos literalmente ahorcados con un mínimo ingreso por 8 horas de trabajo de menos de 60 pesos.
Si ya de por si estaban esperando esta declaración para saltar a la yugular de AMLO, las expresiones vertidas en Acapulco, Guerrero, en su resiente visita, les picaron la cresta. Habló del perdón, pero no del olvido; de la justicia, no de la venganza; de avanzar como una sociedad civilizada haciendo las cosas diferentes y mejores; en pocas palabras, se ubicó en un terreno moral al cual la clase gobernante y la mayoría de sus políticos tiene negado el acceso. Se advierte en el tabasqueño una cerrazón criticada duramente, sin embargo, un análisis lleva a varias conjeturas: una de ellas apunta a no aliarse con otras organizaciones en la medida es la cual éstas han dejado atrás cualquier principio y se han unido al poder provenga de donde provenga.
Tampoco pueden hacerse proyectos con sindicatos porque los líderes están hundidos en niveles de corrupción tan profundos como los del mismo gobierno. Ha sido difícil encontrar aliados en quienes confiar y las experiencias han sido claras: Jesús Zambrano, uno de los famosos Chuchos, se lanzó también contra su ex compañero de partido señalando: “es una declaración cuando mucho 2de3 y parecida a la del gobernador de Veracruz, Javier Duarte”. A esta declaración se unieron los del mismo grupo quienes nunca hubieran ocupado una curul si López Obrador no llega a los niveles alcanzados en la votación presidencial en la cual hasta el PRD logró ubicarse como segunda fuerza política nacional, sueño inimaginable para todos ellos.
Si a ello le agregamos otros nombres de personajes más ubicados dentro de la traición que por buenos gobiernos, sabremos el porqué de tanto ataque y tan directo a quien aspira de nuevo a ser candidato presidencial, ahora por MORENA, el partido por él fundado. El gobernador tabasqueño Arturo Núñez resulta el mejor ejemplo. Al principio se consideró exagerado señalar la existencia de un alejamiento, de un pleito; sin embargo, resulta cierto y este enfrentamiento no tuvo como consecuencia la recepción de beneficios federales para la entidad, hundida en el presente en la violencia, los asaltos, los secuestros y un desajuste económico mayor al del momento en el cual el ex priísta recibió el mando. Núñez no es aceptado ya en el tricolor, tampoco los perredistas le tienen confianza y todo lo perdió con AMLO. No hay mucha diferencia con Graco Ramírez quien, por si la similitud con ANJ fuese mínima y los muertos en la entidad por él gobernada pocos, hasta pretende ser incluido en las boletas electorales del 2018 como candidato a Ejecutivo Federal.
El perdón, pero no el olvido, otorgado por AMLO les acabó de llenar el buche de piedritas, sabedores de la inconformidad contra los partidos PRI y PAN, sin incluir a un diezmado al extremo PRD, y de cuáles pueden ser los resultados de ésta en el momento de las votaciones, dedican su tiempo a encumbrar, mediante los ataques, a quien, va de nuevo, consideran su único y más peligroso enemigo. Habrá de verse si el adversario no es el espejo, el reflejo de sus actuaciones y los rostros ofrecidos como aspirantes: ¿Margarita Zavala? con o sin rebozo… Ricardo Anaya ¿con o sin padrino?… Miguel Ángel Osorio Chong ¿con o sin cuerpos de seguridad personales y celadores avispados en su casa?… Luis Videgaray ¿con o sin empresarios consentidos y salarios reprimidos?… Claudia Ruiz Massieu ¿con o sin tío?… José Antonio Meade ¿con o sin lucha por bajar tarifas de luz y repartir más leche de la buena?… Miguel Ángel Mancera ¿con o sin PRD?
LO MEDIATICO
Si existen en México personajes receptores del cambio. El gobernador de Aguascalientes, Carlos Lozano de la Torre, perdedor en el pasado proceso electoral, le devolvió el poder a los panistas. Su transformación ha sido radical. Es inocultable el torrente de estragos sufridos en su persona, en el rostro, en todo el cuerpo, causados por el severo alcoholismo desde hace décadas padecido. En una de esas muy conocidas crudas carentes de festejo junto con sus paisanos, con la población, se dio el lujo de señalar fue en su periodo en el cual se logró poner fin a la corrupción generada en una década por los blanquiazules. Si eliminó esa práctica ¿cómo explica la derrota? O también, ¿por qué se prestó a la devolución del gobierno estatal? Una de las causas por las cuales Ricardo Monreal, siendo gobernador de Zacatecas, prescindió de sus servicios fue por las constantes borracheras, por los escándalos provocados por la “mala copa” y los espectáculos de verlo tirado de bruces sobre las mesas. En eso no cambio, en lo revelado por su rostro en el presente y en la vida de los aguascalentenses, sí.
Está casi irreconocible Javier Duarte, el gobernador de Veracruz. Y no es precisamente por el cambio en sus expresiones, en el lenguaje o en la conducción, sino en su figura. El bajón de peso ha sido notable. Luce delgado, diferente. Son muchos los que se preguntan: ¿de donde está sacando dinero para adquirir el nuevo vestuario? De un día para otro pierde kilos, no gramos y no se le ha visto en ninguna ocasión mal vestido o mostrando ya le vienen grandes las camisas o los pantalones. Anda como Dandy, siente se aproxima el momento más dulce de su vida, cuando con esbeltez y billetera llena, puede darse unos años de vida plenos, con grandes satisfacciones en todos los terrenos, incluyendo el sexual. Que así sea, al fin y al cabo los veracruzanos han pagado y siguen pagando.
¿SIN VERGÜENZA O POCA VERGÜENZA?
Alfredo Castillo Cervantes ha sido casi de todo, es el aprendiz, el nunca oficial. Oportunidades para destacar ha tenido muchas: desde el mandato de EPN como gobernador del Estado de México tuvo la encomienda de aclarar el asunto Paulette, la niña encontrada mágicamente a la llegada de este personaje como procurador del estado. Tres años más tarde, es decir en el 2013 y ya estando el mexiquense viviendo en Los Pinos, llegó a sustituir a Humberto Benítez Treviño en la Profeco.
Un año después es nombrado Comisionado en Michoacán, en donde se sacó de la manga las famosas “autodefensas”. Ese periodo terminó de sumir a la entidad en la violencia, los crímenes se multiplicaron, aparecieron las fosas clandestinas a cada paso. Habla con orgullo de la encarcelación de quien fuera el jefe de campaña de Fausto Vallejo y de la expulsión de ambos del gobierno. Salió cargando sobre la espalda las más severas críticas lanzadas por los grupos de poder estatales, por los de la iniciativa privada.
Desde hace 16 meses este personaje sólo estimado por el jefe de las fuerzas armadas, encabeza la Conade, dependencia dedicada al deporte en la cual no se había hecho un ridículo de las dimensiones del sufrido en Brasil. Dice, el levanta tarros Castillo con ese cinismo característico de su personalidad, no son las medallas la medición del éxito deportivo. La carencia de ellas habla de otro de sus pésimos desempeños, de otro de los ridículos en los cuales ha sumido al país, otra de las plataformas de corrupción formadas por el grupo que encabeza. No hay olvido para lo vivido cuando se llevó a los hijos de sus amigos como “deportistas” y la eliminación que hicieran en natación de México por su pésima conducción.
¿Hasta cuándo habremos de seguir soportando a los consentidos de cada régimen ya sea federal o los estatales?
NO HAY PARA AHORRAR
El fondo del problema de pensiones en el país es el fracaso del crecimiento económico, con registros de incrementos de menos de 2% anual del PIB, lejos de las promesas de campaña de Enrique Peña Nieto. La responsabilidad es totalmente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a cargo de Luis Videgaray, quien ha fallado en crear las condiciones para generar más empleos y mejores sueldos. La actual administración federal no ha hecho nada por incrementar los salarios, es más, ni siquiera se lo ha planteado. Aún así, el gobierno federal analiza con diferentes sectores incrementar en “un futuro no lejano” el monto de las aportaciones al sistema de pensiones. Seguramente en la primera convención nacional de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), a celebrarse el 23 y 24 de agosto, se dará un paso decidido en esa dirección.
Las pensiones de los trabajadores en el país son verdaderamente miserables. Los jubilados y pensionados mexicanos destacan entre los peores pagados en el mundo, de acuerdo a estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La pensión “mínima garantizada”, para quienes aplica la Ley de 1973, del IMSS, será de un salario mínimo, es decir, inferior a los 2 mil 200 pesos mensuales, a precios actuales. Además, sólo cuatro de cada diez trabajadores del sector formal alcanzarían este derecho. El dinero “no alcanza” para cubrir las pensiones y éstas son ínfimas, y no cubren a todos porque, dice la administración federal, los trabajadores “no ahorran lo suficiente”. De ahí la “necesidad” de aumentar las aportaciones de los trabajadores para que obtengan una pensión “digna”.
Pero los bajos salarios y los empleos informales que tiene la mayoría de la población ocupada en México representan los principales obstáculos para que se incremente el monto de las contribuciones para las pensiones. “No hay de dónde puedan ahorrar los trabajadores mexicanos. Los salarios que ganan no les alcanzan para cubrir lo más básico y eso es más grave que el envejecimiento de la población”, destaca Berenice Ramírez, secretaria académica del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. La gente no ahorra porque “no tiene dinero”, como lo corroboró la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera.
Obligar a los trabajadores a apretarse más el cinturón causará conflictos sociales graves, ya en gestación. La gestión de Enrique Peña Nieto tiene en la mira obligar a los trabajadores –con salarios miserables- y a los patrones –negados a pagar cuotas que les corresponden- a incrementar sus aportaciones al doble. En el presente aportan 6.5 por ciento de su salario para su pensión y desde el año pasado OCDE propuso que el monto debe elevarse para que oscile entre 13 y 18 por ciento del salario. Tal apretón a los trabajadores no rendirá grandes frutos, pues seguirán recibiendo pensiones miserables. Al duplicar sus aportaciones lo máximo que lograrían serán pensiones de dos salarios mínimos, en el mejor de los casos.
En lo que va del sexenio se duplicó el monto de las aportaciones voluntarias que han hecho los trabajadores para su retiro, al pasar de 13 mil millones de pesos en diciembre de 2012 a 27 mil millones de pesos al primer semestre de 2016. Durante el primer semestre del año creció 43 por ciento el monto de las aportaciones y el número de trabajadores que las hicieron aumentó 33 por ciento, de acuerdo a los datos proporcionados por el propio secretario de Hacienda. A la fecha el ahorro de los trabajadores suma 2.7 billones de pesos, que representa el 14.7 por ciento del PIB nacional, y es el segundo renglón más importante del país, sólo superado por el de la vivienda.
Exigirles más es inhumano si se toma en cuenta las condiciones generales del sector laboral en el país: 3 millones de mexicanos catalogados como población ocupada no tienen ingreso; cerca de 8 millones ingresa, cuando mucho, un salario mínimo; alrededor de 14 millones entre uno y dos mini salarios, y poco más de 10 millones de dos a tres. El 70 por ciento de la población ocupada se encuentra en estos niveles y ahora se pretende obligarlos a incrementar sus aportaciones de 6.5 a 13 por ciento, o incluso a 18 por ciento.