Amnistía Internacional acusa a las empresas farmacéuticas que producen vacunas contra el COVID-19 de una distribución desigual en el mundo.
Además, menciono que este hecho alimenta “una crisis de derechos humanos sin precedentes”.
Por ello, a través de una publicación pidió que se suministren 2 mil millones de dosis a los países pobres.
Al respecto, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, explicó en un comunicado:
“Vacunar al mundo es nuestra única forma de salir de esta crisis. Debería ser el
momento de aclamar a estas empresas, que han creado estas vacunas con tanta rapidez,
como héroes”, señaló.
La publicación se produce antes de una cumbre mundial sobre vacunas que se celebrará
este miércoles.