- Especialistas han señalado que la reactivación de intercambios comerciales internacionales, junto con controles sanitarios más estrictos, pueden reducir la incertidumbre y contribuir a la recuperación de la producción interna sin sacrificar la calidad ni la inocuidad de los productos.
Productores mexicanos han advertido que los precios de la carne podrían enfrentar presiones al alza en 2026 debido a factores como el brote del gusano barrenador del ganado (GBG), medidas arancelarias de Estados Unidos y la exclusión de la proteína animal del paquete contra la inflación, señaló el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) en su Panorama del Sector Cárnico 2025.
Aunque estas proyecciones reflejan preocupaciones del sector, el Gobierno de México ha reforzado acciones sanitarias y comerciales para mitigar riesgos y estabilizar el mercado interno. Autoridades federales han intensificado programas de control epidemiológico, seguimiento sanitario y coordinación con organismos internacionales para contener el brote del GBG, una plaga que ha sido monitoreada desde su reaparición y contra la cual se aplican medidas de fumigación y vigilancia estratificada en estados afectados.
La administración de Claudia Sheinbaum Pardo también mantiene negociaciones con socios comerciales para restablecer gradualmente la exportación de ganado vivo a Estados Unidos en 2026, un mercado que fue restringido tras los casos de plaga, con miras a abrir nuevos canales que fortalezcan la competitividad de los productores mexicanos.
Especialistas han señalado que la reactivación de intercambios comerciales internacionales, junto con controles sanitarios más estrictos, pueden reducir la incertidumbre y contribuir a la recuperación de la producción interna sin sacrificar la calidad ni la inocuidad de los productos. Así, el Gobierno federal impulsa esfuerzos bilaterales para equilibrar las exigencias sanitarias con el dinamismo del sector agroalimentario.
En paralelo, el gobierno ha defendido la aplicación de medidas arancelarias y revisiones al marco comercial internacional como parte de una política más amplia para proteger la producción nacional, incentivar la autosuficiencia y promover un mercado interno sólido ante las tensiones globales, buscando ofrecer certidumbre a consumidores y productores en un entorno económico complejo.
Ante estas dinámicas, autoridades federales han reiterado que el objetivo es mitigar presiones inflacionarias y asegurar el abasto, mientras se trabaja con organismos productivos para que el impacto sobre los precios al consumidor sea el menor posible, resguardando el bienestar de las familias mexicanas.


