Chengdu fue testigo de un final de película. Cuando todo parecía perdido, la quarterback Diana Flores volvió a escribir su nombre con letras de oro al conectar un pase agónico en la última jugada del partido que coronó a México como bicampeón del mundo en Flag Football tras vencer 26-21 a Estados Unidos.
No hubo necesidad de punto extra. El reloj marcaba ceros cuando la recepción mexicana en la zona de anotación desató el grito atronador de victoria. Flores se arrodilló, sus compañeras corrieron a abrazarla y el festejo tricolor iluminó la arena de Chengdu, China.
Tres segundos, una jugada, la gloria
La final de los World Games 2025 se disputó como una montaña rusa de emociones. México había tomado ventaja 20-14, pero una interferencia defensiva mantuvo con vida a Estados Unidos. A falta de 33 segundos, las norteamericanas lograron un touchdown y, con la conversión, se adelantaron 21-20.
Parecía el golpe final. Pero ahí apareció el temple de Diana Flores. Serenidad, lectura de campo y una ofensiva que se negó a morir. Una interferencia defensiva de las estadounidenses dio un respiro a México y, en la última jugada, la conexión soñada: Flores encontró a Victoria Chávez en la esquina de la zona prometida. Touchdown. Bicampeonato. Historia.
Diana Flores, rostro de una generación
La capitana mexicana, reconocida ya como la cara del Flag Football mundial, demostró por qué es considerada la mejor del planeta. Su liderazgo en los momentos críticos volvió a ser determinante, y su nombre ya figura entre las leyendas deportivas de México.
“Se fusionaron la disciplina, la confianza y el corazón. Lo que hicieron hoy no es solo un triunfo, es un mensaje al mundo”,
Destacó al final del encuentro su entrenador.
Rumbo a Los Ángeles 2028
El bicampeonato no es solo un trofeo más: es el pasaporte simbólico rumbo a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, donde el Flag Football debutará como disciplina oficial. Y México llegará no como invitado, sino como potencia absoluta.
Este logro confirma que lo del tricolor no es casualidad. El flag football mexicano nació en los campos universitarios, creció en torneos callejeros y hoy se impone a la cuna del futbol americano: Estados Unidos.