Por Ernesto Cruz Flores
Como parte de la estrategia de lucha para obtener justicia, los padres, familiares y compañeros de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos la madrugada del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, se volcaron a la carretera, a recorrer pueblos, contar su historia de viva voz, generar redes, conocerse y reconocerse con otras personas iguales o desiguales a ellos, e invitarlos a la Jornada Nacional de Lucha del 20 de noviembre y a la marcha que se realizará ese mismo día en la Ciudad de México.
Una Ruta de esta Brigada Nacional, la “Julio César Ramírez Nava”, tiene como itinerario el mismo estado de Guerrero, iniciando en Tlapa y terminando en Acapulco. Como un intento de romper el cerco mediático que comienza a cernirse sobre el caso Ayotzinapa, y por la poca cobertura mediática que ha tenido esta ruta de la Brigada, traemos, para los internautas de Revolución 3.0, una pequeña crónica de este recorrido, escrita al calor de los momentos.
Primera parada: Tlapa, La Puerta de la Montaña.
La cita es a mediodía en la entrada de Tlapa de Comonfort, la llamada “Puerta de La Montaña” por ser el punto de ingreso a dicha región. El estado de Guerrero se divide en siete regiones: Centro, Acapulco, Costa Grande, Costa Chica, Tierra Caliente, Norte y Montaña. Desde la Normal Raúl Isidro Burgos, situada a las afueras de la ciudad de Tixtla, se hacen entre 5 y 6 horas de viaje, por lo que tuvimos que salir antes del amanecer para llegar puntuales a nuestra cita.
En esta ciudad enclavada entre puros cerros y montañas, se dieron cita compañeros de distintas organizaciones para recibirnos y mostrar su solidaridad: miembros del Movimiento Popular Guerrerense, de la Escuela Normal Regional de la Montaña, del Instituto Tecnológico de la Montaña, todos ellos encabezados por los presbíteros de la diócesis de Tlapa.
Al finalizar la marcha, que partió del arco que da la bienvenida a los visitantes, se realizó un mitin en el jardín central de Tlapa. Antes de dicha oratoria, los prelados locales oficiaron una misa en honor de los estudiantes asesinados y por la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos.
Se leyó una cata pública firmada por los obispos Carlos Garfias Merlos, Alejo Zavala Castro, Maximino Martínez Miranda y Dagoberto Sosa Arriaga, de las diócesis de Acapulco, Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano y Tlapa, respectivamente. En él se afirma que comparten “el dolor y sufrimiento de los que perdieron la vida (en Iguala, Guerrero) y los desaparecidos de Ayotzinapa” y aseguran que “nos mantendremos en oración por ustedes”.
En la misa, la constante de los sacerdotes, fue instar a los padres de familia, a los estudiantes y a las personas que se solidarizan, a buscar y construir una paz con justicia y dignidad. La similitud es grande: padres con sotanas blancas, estolas bordadas por manos de la región (de un lado, una milpa; del otro, una mujer), con sombreros y huaraches; religiosos que acompañan a su feligresía, como hace 20 años en otras montañas del sureste mexicano, en su búsqueda de justicia.
Curiosamente, hace unos días, en la marcha del 5 de noviembre en la Ciudad de México, se pudo ver marchar un contingente de seminaristas, con sus hábitos blancos, gritando aquellas consignas que hiciera famosa la Teología de la Liberación: “la Iglesia sumisa, nomás celebra misa” y “si Cristo no está muerto, entonces ¿dónde está? Cristo está en la calle, por justicia y libertad”.
A pesar del abierto recelo de algunos asistentes, fue reconfortante presenciar cómo la iglesia en la que creen los padres, su iglesia, no los invite a la resignación sumisa, abnegada y martirizante, sino que los consuele, los acompañe e invite a bucar la “paz verdadera”, es decir, la paz “con justicia y dignidad”.
Uno de los presbíteros, entregó lo recaudado en la colecta de la misa a los padres de los desaparecidos, porque dijo: “es hora de apoyar con actos, no con palabrería”. Al terminar la misa, estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de la Montaña, entregaron un donativo económico, así como acopio recolectado por pueblo y maestros de la zona.
Por su parte, en el mitin político, padres y estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, refrendaron su compromiso en esta lucha e invitaron a la población de La Montaña (que abarca 19 municipios), a participar en las acciones del 20 de noviembre. Una vez finalizado el mitin, compartimos la tortilla, el pollo y el arroz con las personas que mantienen tomada la alcaldía de Tlapa. Posteriormente descansamos unas horas en la Telesecundaria antes de iniciar nuestro largo viaje rumbo a San Luis Acatlán, nuestro siguiente destino.
Segunda parada: San Luis Acatlán, entre la Costa y la Montaña
Después de un viaje de más de 12 horas, plagado de peripecias y contratiempos (incluída una llanta ponchada), llegamos, al filo del mediodía al histórico referente que para la historia reciente de Guerrero representa la comunidad de San Luis Acatlán: tierra natal de Genaro Vázquez Rojas (profesor, líder guerrillero, egresado de Ayotzinapa) y de la Policía Comunitaria y la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias, la CRAC-PC.
Poco antes de llegar al pueblo de San Luis Acatlán, cabecera del municipio homónimo, un convoy de la Policía Comunitaria salió a nuestro encuentro, debido a nuestro retraso y también a la situación de tensa calma que se vive en la zona y el estado: el miércoles 12 de noviembre (unos días después del XIX aniversario de la CRAC-PC), miembros de la Comunitaria lograron expulsar definitivamente a Eliseo Villegas (a quien consideran un traidor por imponer la credencialización de los policías comunitarios, violentando el espíritu de autonomía de la CRAC-PC) y recuperar la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, tras un enfrentamiento armado con los partidarios de Eliseo Villar Castillo.
Asimismo, la vispera de nuestra llegada, se había suscitado un tiroteo en la comunidad de Cacahuatepec, entre integrantes del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la presa La Parota (CECOP) y trabajadores de una gravillera contratista de la susodicha presa, con saldo de 4 muertos: 3 de la gravillera y uno perteneciene al CECOP. Cabe destacar que el vocero de esta organización, Marco Antonio Suástegui, se encuentra encarcelado en el penal federal de alta seguridad de Tepic, Nayarit, por su reciente vinculación con la CRAC-PC.
Debido a esto, el convoy de comunitarios escoltó nuestra caravana hasta el punto de reunión, y durante toda la marcha, el mitin y nuestra estancia en San Luis Acatlán. La marcha se realizó bajo un implacable sol, y como en otros pueblos y ciudades del estado, la gente se volcó a las aceras a regalarnos agua fresca, naranjas y otras frutas para mitigar el calor.
La bienvenida nos la dieron (además de los comunitarios) profesores de las distintas secciones de la región, con una enorme manta donde se plasmaba el rostro de Genaro Vázquez y su famosa frase: “luchar por una Patria nueva o morir por ella”. El mitin, que se llevó a cabo en la plaza central, tuvo nutrida asistencia (alrededor de 500 personas) y contó con la participación de varias personas de la región.
Esta zona, conocida como la Costa-Montaña, se caracteriza por su situació fronteriza: al norte, por la carretera Tlapa-Marquelia, colinda con Malinaltepec, el Corazón de la Montaña; al sur, por el mismo camino, hace frontera con Marquelia, una de las principales comunidades de la costa chica. De igual manera, la geografía es una mezcla de ambos: a pesar de la altitud y lo accidentado del paisaje, el calor humedo es sofocante.
Por parte de los pobladores, que enfrentan no sólo la embestida gubernamental contra el proyecto de la CRAC-PC, sino también la ambición de las mineras que pretenden grandes concesiones en la zona, su compromiso fue claro: así como los ríos San Luis y Marquelia, que aunque parecen inermes poseen una gran fuerza, los estudiantes, profesores y todo el pueblo debe sumar su pequeño caudal, sumar esos pequeños ríos para “formar grandes ríos que abonen la vida”.
Después del mitin, y tras una convivencia con los lugareños, se proyectaron videos sobre los hechos ocurridos el 26 y 27 de septiembre así como una película sobre temas políticos. Hoy nos toca descansar en la Casa de la Cultura, a un costado de la iglesia local. Mañana partimos rumbo a Ayutla de los Libres, a la expectativa de lo que las próximas horas nos deparen