(18 de junio, 2014).- “Los primeros libros que leí no estaban escritos. Eran los diálogos de los campesinos y jornaleros, las conversaciones de las comadres, los cuentos de miedo mientras mirábamos arder la leña de los fogones. Yo oía. Esa era mi forma de leer y de aprender, porque no teníamos textos, ni en el pueblo había biblioteca”, contó Alberto Salcedo Ramos a Margarita Vidal –de Revista Credencial– hace casi un año. Ahora, el cronista colombiano visitará México para compartir sus conocimientos, impresiones y experiencias sobre el periodismo narrativo.
El autor de los libros La eterna parranda, Diez juglares en su patio, El oro y la oscuridad, entre otros, será entrevistado por el periodista mexicano, Emiliano Ruiz Parra, a modo de charla informal donde también podrán participar los asistentes.
El evento, organizado por la revista Spleen! Journal, el Taller Arteluz y el Taller de Arte Contemporáneo (T.A.C.O), se llevará a cabo en las instalaciones de éste último –ubicado en Hidalgo No. 14, Centro de Tlalpan, México, DF–, el miércoles 18 de junio a las 19:00 horas. REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO, a través de la sección de Cultura, contará con la transmisión en vivo.
La visita de Salcedo Ramos, quien fuera acreedor al Premio de Periodismo Ortega y Gasset, se complementa además, con un taller de crónica que impartirá en el Taller Arteluz, del 19 al 22 de junio.
No precisamente bohemio, pero sí ‘tertuliador’; fanático de las charlas saboreadas, de viajar y de la poesía; admirador de Gabriel García Márquez y de Juan Rulfo, Alberto Salcedo Ramos ha expuesto que “lo que más me gusta del oficio de cronista es que me permite conocerme a mí mismo y ejercer la compasión. Este trabajo consiste no tanto en informar, sino en entender”.
Por su parte, el escritor y periodista, también colombiano, Daniel Samper Ospina, ha considerado que la pluma de Salcedo cuenta con “una conciencia de patrimonio cultural que ayuda a que nos descifremos. Nos habla de nuestro juglar vallenato y de nuestro boxeador derrotado porque somos eso. Somos el patrimonio que nos han dejado nuestros músicos; también somos unas glorias deportivas pasajeras que se nos quedaron por dentro, y que siempre recordamos. No somos mucho más que éste recuerdo que nos vas quedando, y que Salcedo organiza para la posteridad”.
