Directivos y mandos medios de Petróleos Mexicanos (Pemex), podrían haber sido seducidos finalmente por Juan José Suárez Coppel, ex director panista de la petrolera en el sexenio de Felipe Calderón, a quien se le atribuyen vínculos oscuros y de dudosa legalidad, según versiones periodísticas. Puesto que en próximos días podrían estar entregándole jugosos contratos aun cuando existen investigaciones en su contra, esto de acuerdo a información relevada por parte de fuentes al interior de la empresa.
Cabe señalar que el nombre de Suárez Coppel volvió a cobrar relevancia en septiembre pasado, cuando como parte de las pesquisas del Caso Odebrecht, la PGR lo incluyó para ser investigado, como parte de los funcionarios del gobierno de Felipe Calderón, relacionados con un millonario convenio para, presuntamente, beneficiar a Braskem, empresa petroquímica que se considera filial de la firma brasileña.
Además de él, se señaló a Jordy Herrera Flores, ex director de Pemex Gas y Petroquímica Básica y a Ian Malo Bolívar, su entonces coordinador de asesores. Ahora, la Procuraduría investiga un contrato firmado en febrero de 2010 por Pemex GyPB, además del consorcio integrado por Braskem y la mexicana Idesa, “para abastecer con 66 mil barriles diarios de etano a la planta de Etileno XXI, construida en Coatzacoalcos, en la cual se inyectaron 5 mil 200 millones de dólares, una las inversiones directas más grandes que se han hecho en México”, se dio a conocer.
La dependencia investiga si se obtuvo, “mediante sobornos y presiones”, que implicaran a funcionarios de Pemex para otorgar el contrato a Braskem-Idesa, mismo que ha generado daños al patrimonio nacional desde los primeros 45 días que entró en vigencia, de acuerdo con una investigación de la PGR.
También se incluye en la investigación la fórmula para definir el precio del etano y las cláusulas de penalización a Pemex que podrían representar un daño a sus finanzas pues, según el convenio, “Pemex pagará hasta el 200 por ciento de su precio el volumen del gas etano que no pueda suministrarse”.
Como parte de la investigación, todos los interrogados fueron cuestionados sobre la participación que en el contrato tuvieron Jordy Herrera Flores, entonces director de Pemex GyPB, su coordinador de asesores, Ian Malo Bolívar, y el director de la petrolera, Juan José Suárez Coppel.
En tanto, la PGR no ha dejado de preguntar a los directivos de Pemex “si fueron presionados o sobornados por Herrera, Suárez Coppel o por algún directivo de Grupo IDESA o de Odebrecht”.
De acuerdo a lo señalado por la investigación, la firma del convenio tuvo lugar en las instalaciones de la Secretaría de Energía, en presencia de la Secretaria Georgina Kessel Martínez; del director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, y de Jordy Herrera Flores, director General de Pemex GyPB.
El historial de acciones dudosas en la carrera laboral de Suárez Coppel incluyen otras acciones cuestionables, que cobran mayor relevancia durante su paso por la dirección de Pemex.
La dirección general de Petróleos Mexicanos (Pemex), en 2010, estuvo marcada por los excesos de su titular, Juan José Suárez Coppel, quien aquel año informó a la Cámara de Diputados que la principal empresa del país tenía pérdidas por más de 80 mil millones de pesos, “por pasivo laboral y excesivas tasas de impuestos”. Lo que lo llevó a pedir 150 mil millones para “elevar su rentabilidad”.
Esa era una de las respuestas que dio durante su comparecencia para el cuarto informe de gobierno de Felipe Calderón. Ante esto, las reacciones estaban lejos de apoyar su petición, y diputados como Laura Itzel Castillo, y Mario Di Costanzo, se encargaron de echarle en cara los “gastos suntuarios” como viajes internacionales a todo lujo realizados por el funcionario.
La legisladora le reclamó “los escasos resultados operativos”, sumando que hubiera pagado 59 mil pesos por un viaje en clase premier a Londres, donde se trasladó en limusina para hospedarse en un castillo, el cual se encuentra ubicado frente a la casa de la reina Isabel II y luego en Madrid “por gastarse varios cientos de euros en una cena con dos botellas de vino”.
Por su parte, Di Costanzo desmenuzó al panista que fueron: “57 viajes internacionales en menos de tres años, donde usted llegó a rentar la suite donde filman Sex and the City, en Nueva York; durmió donde pasaron la luna de miel los príncipes de Mónaco; en Madrid pagó 3 mil 567 euros en el hotel Ritz, cifra equivalente a la que le van a dar a un bracero que trabajó toda su vida.
Es una vida de excesos. Es usted el director general de la empresa de los mexicanos y no una diva. Viaja a Nueva York, Madrid, París, Londres y Arizona. Somos un país donde hay 60 millones de pobres, señor director general”, le reclamó.
Además, los legisladores de oposición señalaron constantemente su preocupación “por la falta de resultados positivos en Pemex, por la diferencia entre las cifras que presenta regularmente la petrolera en sus informes financieros y las que se dieron en el informe presidencial”.
“Miente”, afirmó Laura Itzel Castillo, Suárez Coppel no di argumentos y a lo único que pudo atenerse fue a decir “que su juramento ante las comisiones de Hacienda y de Energía había sido para conducirse con verdad”.
Suárez Coppel habría informado que el rendimiento de operación antes de impuestos era 49 por ciento mejor que el de 2009. “Sin embargo, al 30 de junio de 2010 Pemex cuenta con un patrimonio negativo de más de 80 mil millones de pesos, esto principalmente por el efecto de nuestro pasivo laboral”.
Pero Suárez Coppel, a su llegada a la dirección de Pemex ya era señalado por los varios cuestionamientos en su vida profesional, la cual se relacionaba con las empresas Oceanografía, Blue Marine Technology Group y Arrendadora Ocean Mexicana (AOM), las cuales estaban vinculadas con los hijos de Marta Sahagún de Fox, y que presuntamente “fueron beneficiadas con contratos millonarios durante su paso como director corporativo de finanzas en esa paraestatal”.
Al director que recién llegó aquel 2009, se le atribuía desde asignación de contratos hasta privilegios para el sindicato petrolero. Pero además, también se le señaló como “el alumno más aventajado” del secretario de Hacienda en el gobierno anterior, Francisco Gil Díaz. Durante el sexenio del panista Vicente Fox, cuando Suárez Coppel se desempeñó como director corporativo de finanzas de la petrolera.
Cabe señalar que la conexión entre Banamex y Oceanografía tuvo un sólo vínculo: Francisco Gil Díaz. Se ha señalado que el ex funcionario era cercano a Roberto Hernández, quien fungió como director de Banamex desde su privatización en el gobierno de Ernesto Zedillo hasta su renuncia en 2009.
En aquel entonces Gil Díaz era miembro del consejo de Banamex-Accival antes de que Vicente Fox lo nombrara secretario de Hacienda en 2000. Y ya siéndolo, Gil Díaz participó en la venta del banco mexicano al conglomerado estadounidense Citigroup en una transacción por 12 mil 500 millones de dólares sin pago de impuestos (del orden de los 3 mil millones de dólares).
Ya en su libro Privatización del petróleo, el robo del siglo, el ahora jefe delegacional, Ricardo Monreal aportó una línea directa entre los ex funcionarios federales Francisco Gil Díaz y Luis Ramírez Corzo —titulares de la SHCP y Pemex, respectivamente en la administración de Vicente Fox— quienes mantenían negocios relativos a servicios petroleros.
Explica que “a un cuarto de siglo de privatizaciones en torno a Pemex sobresale un pequeño grupo de particulares beneficiados (…) un grupo de 30 súper ricos dueños del país, rodeados de islotes de clases medias emergentes, enmarcados ambos en un océano de pobreza, miseria y desigualdad”.
Señalando la creación de la empresa Integradora de Servicios Petroleros Oro Negro, prestadora de este tipo de servicios, misma que fue fundada por las empresas de inversión Axis, Ares y Temasek, vinculadas todas ellas a otros ex servidores públicos.
La firma Oro Negro la integraron el ex director general de Pemex, Luis Ramírez Corzo en calidad de presidente, y el hijo mayor del ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, Gonzalo Gil White, así como el primo de éste, José Antonio Cañedo White. También fue socio el ex titular de Pemex, Juan José Suárez Coppel.
La empresa proveedora de servicios a Pemex, detalló Monreal Ávila, “es una sociedad empresarial formada por Axis, Ares Management —ambas de los Estados Unidos de América— y Temasak, con origen en Singapur”.
Por eso Monreal, instaba al Congreso de la Unión “a detener la reglamentación secundaria de la reforma energética, ya que junto a las empresas vinculadas directamente con la exploración y explotación de gas y petróleo, se han desarrollado otras compañías proveedoras de servicios colaterales de la industria petrolera”.
Es decir, “Cotemar, Protexa, Oceanografía y Oro Negro, también saldrán beneficiadas con la aparición de nuevas empresas petroleras”, lo cual se pretendía desde mucho antes que Peña Nieto emitiera la Reforma Energética.
A Suárez Coppel también se le señaló por ser uno de los tres directores generales de Pemex durante los dos gobiernos panistas, Raúl Muñoz Leos y Luis Ramírez Corzo, eran los otros, que se encargaron de darle contratos millonarios a Oceanografía por presión de Gil Díaz y Martha Sahagún, esposa de Vicente Fox, publicó en una columna el periodista Miguel Badillo.
Señaló que, bajo la sospecha de ser cómplices en actos de corrupción y tráfico de influencias, los ex directores generales de Pemex, Muñoz Leos y Ramírez Corzo, aseguraron a Badillo “haber sido víctimas” de las presiones que durante los dos últimos sexenios provinieron de la Presidencia de la República para que otorgaran contratos de bienes y servicios a consorcios privados a cambio del pago de comisiones.
Sin embargo, finalizó su periodo al frente de Pemex, sin graves reclamos que pudieran afectar severamente su carrera política y luego de su salida, con todo y los vínculos oscuros que se le atribuyen Suárez Coppel, ha sido protegido y acogido por los más influyentes grupos empresariales, nombrándolo al frente de altos cargos directivos.
Para 2013, estaba integrado a la empresa Jacobs Engineering Group, subsidiaria de la Jacobs Nederland BV, precisamente con la que la que Pemex, firmó un contrato bajo la titularidad de Suárez Copper, en 2012.
Suárez Coppel dejó la titularidad de Petróleos Mexicanos en diciembre de 2012, y cuatro meses antes, el contrato para la ejecución de los paquetes de diseño de proceso, licencias y asistencia técnica de la planta recuperadora de azufre de la nueva refinería de Tula, fue asignado, esto en octubre de 2012.
Aun cuando de acuerdo a la Ley Federal Administrativa de Responsabilidades de los Servidores Públicos obliga a los ex funcionarios “a esperar un año antes de aceptar una posición relacionada con el último cargo que ocuparon”. En un comunicado se mencionó que, Suárez Coppel fue nombrado como miembro de Jacobs Engineering Group el 29 de marzo.
Dentro de los puestos que ha ocupado a lo largo de su carrera se encuentra el de director adjunto de derivados en Banamex. Causalmente, el uso de los derivados detonó la volatilidad financiera en México en octubre de 2008, cuando diversas empresas se declararon “insolventes para cubrir sus contratos bajo esa modalidad financiera”, de acuerdo a investigaciones periodísticas.
También obtuvo cargos con el grupo Televisa, como tesorero corporativo, y por el grupo Modelo, último cargo en el sector privado, como vicepresidente de finanzas. Aunque en febrero de 2008 se hicieron públicas diversas indagatorias de la Secretaría de la Función Pública (SPF), a través del Órgano Interno de Control de Pemex y la Auditoría Superior de la Federación, sobre una “presunta red de corrupción en la que habrían participado ex funcionarios de la paraestatal, entre ellos el ex director corporativo de finanzas, Juan José Suárez Coppel; Pedro Carlos Gómez Flores, ex subdirector de distribución y almacenamiento de Pemex Refinación; Edith Blancas García, y el contador Mario Magallón Cruz”, esto, según la auditoría 18/576/OIC/ OA/003/2006 de la SFP, Suárez Copper llegó a ocupar la dirección de Pemex.