Queridos Reyes Magos,
Generalmente no acostumbro molestarlos pues he tenido más de lo que cualquier hombre podría desear, soy rico, compro mi ropa, zapatos, accesorios, joyas en las tiendas más exclusivas del mundo, fui gobernador de mi estado natal, me casé con la estrella de telenovelas de moda, llegué a la presidencia de la República después de una meteórica carrera política protegida y guiada en sus primeros años, en que ocupé puestos de mediana importancia al interior de mi partido y en el gobierno local, por personajes del Estado de México, entre ellos mi tío Arturo Montiel y Emilio Chuayffet Chemor, ex gobernadores de la misma entidad. Por añadidura, a decir de muchas, soy bien parecido, relativamente joven y tengo una imagen perfectamente cuidada por expertos en el tema.
Sin embargo, ahora que comienza no solamente un nuevo año, 2016, sino la segunda parte de mi sexenio tengo algunas peticiones que hacer:
-
Eviten por todos los medios que las y los periodistas, nacionales y extranjeros, encuentren más “Casas Blancas” de mi propiedad, de mi esposa, Angélica Rivera, mejor conocida como “la Gaviota” o de los altos funcionarios de mi gabinete como Luis Videgaray Caso o Miguel Ángel Osorio Chong, pues el descubrimiento de la casa de Las Lomas y su relación con uno de los empresarios consentidos por mi gobierno, abonó a la peor crisis política de mi administración y a la caída de mi popularidad, la más baja para un presidente, desde 1994, en periodo igual, ésta cayó de 39% en marzo a 34% hacia el 29 de julio.
-
Que las empresas privadas de Medios, como MVS-Radio, dejen de censurar periodistas, perdón de despedir periodistas, como Carmen Aristegui, por sacar a la luz investigaciones que comprometen la credibilidad de mi gobierno.
-
Inunden de prudencia a los altos funcionarios de mi administración para que no abusen de los recursos públicos puestos a su disposición, como hizo David Korenfeld, ex director de CONAGUA, que utilizó un helicóptero de la institución para cuestiones personales, lo cual me obligó a pedirle su renuncia a pesar de la amistad que nos une. Lo bueno fue que él sigue estando vinculado a las empresas que buscan manejar y privatizar el vital líquido y no tuvo que renunciar también, a pesar de que no pasó o aun no lo hace la llamada “Ley Korenfeld” con la que se pretendía la privatización del agua en México.
-
Blinden los penales de máxima seguridad del país para que no vuelva a fugarse, a la vista de todos, otro de los grandes narcotraficantes como el Chapo Guzmán, quien huyera por un hueco en la regadera del Penal del Altiplano, el 11 de julio.
-
Que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o cualquier otra, así como los grupos de expertos internacionales, argentinos, suizos, etc., den por buena la “verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam en torno a los 43 estudiantes desaparecidos la noche del 26 de septiembre de 2014 y dejen de poner en entredicho la capacidad de mi gobierno para resolver un caso que, por cierto, yo no provoque, pero que tampoco he podido resolver.
-
Que cuiden a las fuerzas policiales y militares, bajo mi mando, para que dejen de violar derechos humanos de presuntos delincuentes y los entreguen a la justicia civil en lugar de ajusticiarlos de manera extrajudicial, como en los casos de Tlatlaya, Estado de México, y Tanhuato, Michoacán.
-
Que nos libren del populismo y los populistas que amenazan al México que con tanto esfuerzo hemos construido y en el cual todo marcha a pedir de boca, como la creación de empleos, los altos salarios, la baja inflación, la reducción de la pobreza y la desigualdad, el control de la violencia y la inseguridad.
-
Que Manlio Fabio Beltrones lleve a mi partido, el PRI, a arrasar en las elecciones de 2016, 2017 y 2018 y que logre bajar a Andrés Manuel López Obrador de la contienda electoral del 2018, para que por tercera vez, las fueras vivas de mi partido y sus aliados como el PVEM y el PANAL, el empresariado mexicano, los Medios de comunicación, las impolutas autoridades electorales y el electorado incapaz de vender su voto al mejor postor decidan “libre y democráticamente” quien debe gobernar “mi” país.
-
Que las y los mexicanos se den cuenta de las muchas bondades que las reformas estructurales, en especial la energética y la educativa, traerán al país y dejen de “molestar” con sus dudas.
-
Pero lo que más deseo es, que ahora que entro al cuarto año de mi mandato y que según las y los estudiosos es el segundo en que un presidente mexicano tiene más poder, antes del declive de éste, pueda convencer a mis connacionales y al mundo de que si soy el “salvador de México” y que éste si es “el momento mexicano”.
Finalmente, ¡por favor, por favor!, que no vuelva yo a tener un año como el que se fue.