- La exigencia central de la movilización fue clara: que el gobierno mexicano rompa relaciones diplomáticas con Estado de Israel
Este sábado 29 de noviembre, cientos de personas salieron a las calles de la Ciudad de México para conmemorar el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Partiendo alrededor de las 16:30 horas desde el Hemiciclo a Juárez, los manifestantes avanzaron por avenidas como México-Tenochtitlán e Insurgentes con rumbo a la antigua sede de la embajada de Estados Unidos. En su recorrido, portaron banderas palestinas y corearon consignas como “los niños de Gaza no son una amenaza”.
La exigencia central de la movilización fue clara: que el gobierno mexicano rompa relaciones diplomáticas con Estado de Israel, en protesta por lo que los convocantes califican de genocidio y ocupación. También se demandó un alto inmediato a los bombardeos en Gaza, el cese de hostilidades y el reconocimiento de la autodeterminación palestina.
Aunque los organizadores esperaban que la convocatoria fuera masiva —y distintos medios mencionan una estimación de cientos a miles de asistentes en la CDMX—, algunas versiones indican cifras más moderadas debido a modificaciones en la ruta. Originalmente estaba previsto que la marcha transcurriera por el Paseo de la Reforma, pero tuvo que cambiarse debido a un festival programado en esa zona.
Más allá de la capital —donde también se reportan otras movilizaciones, bloqueos y concentraciones — la jornada se inscribe en una ola internacional de protestas contra la ofensiva en Gaza. Organizaciones sociales, estudiantiles y sindicales adhieren en México al reclamo global de un alto al fuego, justicia internacional y solidaridad con Palestina.
Para muchos manifestantes, esta movilización representa no solo el rechazo a la guerra, sino también una señal de solidaridad internacional, un llamado a la responsabilidad diplomática del Estado mexicano y un acto de memoria colectiva frente a lo que consideran una tragedia humanitaria.
