Desde el camellón de Diagonal San Antonio, en la colonia Narvarte de la alcaldía Benito Juárez, la jefa de Gobierno Clara Brugada dio a conocer el inicio del retiro de 1,500 palmeras afectadas por hongos y microorganismos que han provocado su declive letal. La medida, que se aplicará de aquí a diciembre, busca reducir riesgos para la población y garantizar la seguridad de los espacios públicos.

La mandataria explicó que en la CDMX, existen cerca de 15 mil palmeras introducidas desde las Islas Canarias a principios del siglo XX, de las cuales al menos 9 mil presentan algún grado de infestación que debilita sus raíces y troncos. Estas serán retiradas de manera gradual a lo largo del sexenio como parte de un plan integral de manejo de áreas verdes.

Brugada recordó que los primeros diagnósticos de palmeras enfermas en la capital datan de 2011, fenómeno que también ha afectado a otras partes del mundo, incluidas las propias Islas Canarias. Durante la administración anterior ya se habían retirado alrededor de mil ejemplares para prevenir accidentes y frenar la propagación de plagas.

El programa no sólo contempla el retiro de las palmeras deterioradas, sino también su sustitución por árboles nativos, como duraznillo, tejocote y arrayán, especies adecuadas al clima capitalino y con raíces menos invasivas para banquetas y pavimento. La autoridad local subraya que esta estrategia pretende preservar el arbolado urbano y, al mismo tiempo, garantizar que los espacios públicos sigan siendo seguros para la ciudadanía.
