Cuando la abstinencia no es el mejor camino para las personas que padecen de alcoholismo y pretenden aliviar esta enfermedad, la clínica Oaks de Ottawa, Canadá cambió los paradigmas y paradójicamente atiende a personas con este mal a través de un tratamiento basado en la ingesta de vino.
Muchos de los pacientes de dicha clínica son personas en situación de calle que han visto mejorar su calidad de vida con este tratamiento llamado “Programa de Alcohol Controlado”, el cual ha cambiado sus vidas.
Los asistentes a la clínica Oaks de Ottawa comienzan su tratamiento todos los días a las 7:30 de la mañana, cuando reciben 200 mililitros de vino blanco manufacturado en las mismas instalaciones, el cual cuenta con 13 grados de alcohol. Durante el resto del día se les vuelve a dar otra dosis a hasta las 9:30 de la noche, cerca de 50 personas reciben 140 mililitros de la bebida, el tamaño de una copa chica.
Los adictos reportan una significativa reducción en la ingesta de alcohol, ya que en situación de calle han declarado haber consumido enjuagues bucales, aerosoles para el cabello y de más productos con contenido alcohólico para tener la sensación de la sustancia en el cuerpo.