El gobierno de Estados Unidos envió al portaaviones USS Gerald R. Ford —la nave militar más grande y moderna del planeta— con más de 5 mil marineros a bordo y capacidad para 75 aeronaves de combate, como parte de una operación que incluye ocho buques de guerra, un submarino nuclear y aviones F-35 en el Caribe y Sudamérica.

El despliegue, impulsado por el presidente Donald Trump, constituye una de las maniobras más amplias de Washington en América Latina en los últimos años y forma parte de la expansión militar en el área del USSOUTHCOM. Según el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, la acción busca “reforzar la capacidad de detectar, vigilar y desbaratar actores ilícitos que amenazan la seguridad y prosperidad de Estados Unidos y del hemisferio occidental”.
El portaaviones Gerald R. Ford, en servicio desde 2017, es el buque insignia de la flota estadounidense y uno de los once portaaviones nucleares activos del país. Está equipado con misiles Envolved Sea Sparrow, radares de última generación y sistemas E-2 Hawkeye de alerta temprana, lo que le permite operar con gran autonomía y precisión.

Desde septiembre, las fuerzas estadounidenses han efectuado diez ataques contra presuntas embarcaciones dedicadas al narcotráfico —en su mayoría en el Caribe—, donde han muerto alrededor de 40 personas, entre ellas varios ciudadanos venezolanos. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó que el operativo más reciente dejó seis tripulantes muertos durante un enfrentamiento en altamar.
El incremento de operaciones militares ha generado tensión diplomática con Venezuela y Colombia. El presidente Nicolás Maduro advirtió que, si Washington intenta intervenir, se “declarará una huelga general insurrecional revolucionaria de la clase obrera y campesina, en defensa del poder popular”.
Paralelamente, Trump elevó la recompensa por información que lleve a la captura de Maduro a 50 millones de dólares, al acusarlo de mantener vínculos con redes de narcotráfico, lo que el mandatario venezolano niega.

Las fricciones también alcanzaron a Colombia, luego de que Trump calificara al presidente Gustavo Petro como “líder de la droga ilegal”, expresión que su gobierno consideró ofensiva. El Pentágono informó que planea notificar al Congreso sobre nuevas acciones contra los cárteles, con el fin de “degradar y desmantelar organizaciones criminales transnacionales”.
Con el despliegue del Gerald R. Ford, Estados Unidos consolida su mayor presencia militar en el hemisferio sur en años recientes, reforzando su estrategia de presión sobre los gobiernos de la región en medio de una creciente disputa política y de seguridad.



