Por décadas, el oriente del Estado de México fue un territorio olvidado por el desarrollo y el presupuesto. Zonas enteras de Ixtapaluca, Chalco, Chimalhuacán o Neza crecieron al margen de la planeación urbana, condenadas a sobrevivir sin hospitales dignos, con escuelas saturadas, transporte público deficiente y drenajes colapsados. Todo eso empieza a cambiar. Por fin.
La Presidenta Claudia Sheinbaum y la Gobernadora Delfina Gómez presentaron una estrategia integral sin precedentes: más de 75 mil millones de pesos para transformar de fondo las condiciones de vida en el oriente mexiquense. El anuncio marca un antes y un después para los más de 10 millones de habitantes que viven en esta región históricamente marginada.
Y no se trata de promesas en el aire: los recursos ya tienen nombre y apellido. Tan solo en salud, se canalizarán más de 16 mil millones de pesos para construir hospitales, modernizar clínicas y abrir nuevas unidades de atención. Pero lo más potente del anuncio es que la transformación será también urbana y estructural, con un eje fundamental: la movilidad.
En una zona donde trasladarse al trabajo puede implicar dos o tres horas diarias, la inversión de 2,900 millones de pesos para el transporte público es una noticia que cambia vidas. Se construirá una nueva ruta de Trolebús en Ixtapaluca con más de 11 kilómetros de extensión, y se ampliará la Línea 3 del Mexibús hasta el Panteón Los Rosales, con 5 kilómetros más de cobertura. Y lo más importante: se va a retirar el transporte chatarra que durante años ha puesto en riesgo a miles de personas.
No se trata solo de mejorar avenidas o modernizar sistemas; es, en palabras de Sheinbaum, un acto de justicia social. Y en la voz de Delfina Gómez, una respuesta al clamor histórico de las familias del oriente. Este plan reconoce que el desarrollo no puede ser privilegio de unos cuantos municipios del Valle de Toluca o el norte del EdoMéx. El crecimiento debe ser parejo, y el oriente, por fin, empieza a recibir lo que le corresponde.