Las revisiones entre 1998 y 1999 a los pasivos del Fondo Bancario de Protección al Ahorro.
Estuvieron lejos de ser auditoria.
Lo expuesto por Michael W. Mackey quien fue contratado dentro de su momento para evaluar las deudas del rescate bancario.
Esto con una serie de restricciones al acceso a la información de dilaciones y también otros obstáculos por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores del propio Fobaproa.
Estas resultaron de un conjunto de procedimientos que no fueron suficientes para poder considerarlos como una auditoria financiera según palabras del informe.
Pues Zedillo omitió comentar que dicha auditoria falsa fue realizada con obstáculos.
Se lee dentro del informe que:
“Si bien las tareas de revisión le fueron encomendadas el 7 de septiembre de 1998, en ese momento se esperaba que el equipo informante gozaría de la total cooperación de todas las partes involucradas, en particular de las autoridades financieras y de los bancos. No fue este el caso. La renuencia de la CNBV y del Fobaproa a entregar la información provocó retrasos considerables de al menos tres meses”.
