La Organización Mundial de la Salud define a la salud sexual como un estado que trae consigo bienestar físico, mental y social.
Esta requiere un enfoque positivo y de respeto de la sexualidad y también de las relaciones sexuales.
Así como la posibilidad de tener experiencias sexuales qué sean placenteras y seguras.
Libres de actos de discriminación y violencia, por esto se deben mantener los derechos sexuales de todas las personas.
Esto también incluye la salud reproductiva donde se debe garantizar el acceso a la información accesible y oportuna.
Para decidir sobre la utilización y método preferido anticonceptivo.
Independientemente de su orientación sexual, todas las personas juntos a sus parejas deben tener acceso a servicios de salud que les permitan recibir consejería y atención qué garantice una vida sexual plena y saludable.
Con un control prenatal adecuado y un parto sin riesgos para que todos puedan tener mayores posibilidades de tener hijos saludables.