Dos elementos del ejército Mexicano son acusados de delitos de violación lo que motivó la recomendación 29/2016 de la CNDH, cometida en septiembre de 2013, cuando estos uniformados en Nuevo Laredo, Tamaulipas, presuntamente llevaron a una mujer por la fuerza al Cuartel Militar Macario Zamora, donde la golpearon, amenazaron, torturaron y abusaron sexualmente de ella.
Por temor, la víctima denunció los hechos hasta 2014 y durante el procedimiento identificó, tanto el lugar como a sus agresores, incluso la Sedena le entregó una indemnización por lo ocurrido. La justicia militar sólo inició un proceso por desobediencia de uno de ellos, porque no se encontraban en funciones al momento de cometerse los ilícitos. Los dos elementos siguen en activo dentro de las fuerzas armadas.
Los hechos denunciados por la mujer relatan que luego de que la mujer acudió en compañía de los dos militares a un concierto de música de banda en una feria. Pasadas las 2 horas de ese día, los tres salieron del sitio. Los soldados la llevaron, bajo amenazas de muerte contra ella y sus familiares, a las instalaciones del cuartel militar. Entraron a la sede, la llevaron a un cuarto y la violaron entre ambos, según la acusación de la víctima, la cual coincide con diversas declaraciones y diligencias de la CNDH, incluso por declaraciones de personal militar.
“Me empujaron a una cama y me sujetó uno de ellos sin saber quién era, el otro tocó mi cuerpo, mis pechos y mis piernas; yo les dije que no quería nada con ellos; uno me violó en varias ocasiones también puso su pene en mi boca varias veces, por lo que fui al baño a vomitar… cuando regresé me volvieron a aventar a la cama y me vuelven a tocar y nuevamente me penetran en esta ocasión. Me decían que, si no cooperaba, ya sabían dónde estaban mis hermanos, me golpearon muy fuerte en el estómago y me volvieron a violar, luego me aventaron mi ropa para que me vistiera… sin darme mis shorts y me amenazaron diciéndome que si decía algo matarían a mi familia”. La mujer fue sacada en el mismo auto y abandonada en un paraje de la ciudad.
Tras la investigación y recopilación de múltiples evidencias, las CNDH concluyó que los elementos del ejército “violentaron física, sicológica y sexualmente a V (mujer), utilizando los primeros dos tipos de violencia para ejercer el tercero, culminando en la transgresión al derecho a una vida libre de violencia en agravio de la víctima, incluso dentro de instalaciones militares”.
