Educación superior y tecnología en México. Lo que la pandemia nos mostró

Tecnología en la educación ayer y hoy

- Anuncio -

La adopción de nuevas tecnologías para el uso de la educación en México ciertamente no es nueva ni nace con la aparición del Internet. Ya desde 1941 se creó la Escuela de Radio de Difusión Primaria para Adultos, seguida del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio en 1944 con una modalidad por correspondencia dirigida a docentes en campañas de alfabetización en áreas rurales. Y por supuesto tenemos el caso de la telesecundaria lanzada en el año de 1966 vigente aún hasta nuestros días. En el año de 1972 lanza la UNAM su sistema de Universidad Abierta en un contexto de expansión de la oferta educativa desde con una intención de fortalecer la flexibilidad y el trabajo autónomo del alumnado. En las décadas de los 70 y los 80 esté modelo fue adoptado también por las principales universidades públicas y privadas en México. Sin embargo, es hasta los años 90s que se configura lo que hoy en día reconocemos como un sistema educativo de escala global, cada vez más interconectado y articulado con avances tecnológicos aplicados a la producción desde diferentes áreas de conocimiento.

Al día de hoy no queda duda que la educación debe dirigirse a un mundo más conectado donde la tecnología ha transformado las relaciones humanas y las formas de producción. Tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial (IA), Blockchain, la robótica o las realidades mixtas son ya una realidad, sin embargo, esta transición no se da de forma automática e implica una serie de complicaciones y dificultades en el camino que deben tomarse en cuenta. En esta línea presentamos algunos ejemplos de lo que la transición forzada a las plataformas digitales nos ha dejado de cara a la adopción de las nuevas tecnologías emergentes.

Transición tecnológica, un camino pedregoso.

La adopción, en muchos casos obligada, de tecnologías de la información y la comunicación (TIC), por parte de las Instituciones de Educación Superior, en adelante IES, para rescatar el año escolar puso al descubierto fortalezas y debilidades no solo de nuestro sistema educativo sino de nuestra sociedad. A raíz de esta experiencia, vemos que en el sector educativo circula la idea de que la implementación de nuevas tecnologías no es ya solo algo deseable para algún momento del futuro sino más bien una condición de supervivencia de la que antes no se tenía mucha conciencia. Así es que a partir de ahí nos replanteamos algunas preguntas.

¿Con qué recursos físicos y modelos educativos contamos para la adopción de tecnología?

Infraestructura. Al año 2020 en el sistema educativo mexicano se registraron 4,983,744 alumnos inscritos distribuidos en 7,497 EIS. De cara a la emergencia sanitaria estas instituciones contaban con 393,589 equipos de cómputo (computadoras de escritorio y laptops) es decir un 0.08% dispositivos por alumno.

Planes de estudio. Históricamente el concepto de calidad en la educación ha estado ligado con la modalidad presencial. De modo que en 2017 cerca del 85.5% de los estudiantes estaban matriculados en un programa 100% presencial, sin embargo, para para el año 2021 este porcentaje bajó al 80%. Esto significó un crecimiento anual promedio del 11% en modalidades mixtas y no escolarizadas que en números absolutos significaron casi 300 mil alumnos más que en 2017.

Nuevos tipos de universidad. En este periodo quedó al descubierto perfiles en las IES en función de la asimilación de las tecnologías de la comunicación. Por un lado, encontramos a las grandes Universidades tales como el IPN o la UNAM con modelos más o menos consolidado en educación a distancia para los que la emergencia sanitaria estreso su capacidad operativa pero no representó una disrupción tan grave como al resto del sistema.

Por otro lado encontramos a las universidades que podríamos llamar Nativas Digitales que no sólo no vieron una disrupción en su operación si no que crecieron muy por arriba de su tendencia histórica y naturalmente por arriba del promedio nacional. Ejemplos de esto son el Universidad Abierta y a Distancia de México (UNIDEM), La Universidad Tecnológica Latinoamericana (UTEL) y la Universidad en Movimiento (UMOV)

Y por supuesto un gran segmento en dónde las IES tuvieron que ajustar sus modelos educativos a nuevas herramientas en un contexto de crisis social. Este segmento representa a la gran mayoría de IES que no habían tomado previsiones ni profundizado en modelos no presenciales por lo que se vieron seriamente afectados por la pandemia. En muchos casos su paso por lo digital se redujo a la implementación de plataformas como Zoom, Teams y Google Meets entre las más populares e incluso WhatsApp como forma de poder dar continuidad a un plan de estudio diseñado originalmente para una modalidad presencial.

Focos rojos que debemos cuidar

Desigualdad. Si bien es cierto que en promedio el avance en infraestructura tecnológica es baja, en la práctica en nuestro sistema educativo conviven IES de clase mundial altamente tecnologizados con IES que aún no cuentan con infraestructura básica para su correcta operación. Mantener desigualdades en el sistema educativo nos deja en riesgo de perpetuar e incluso agravar las diferencias sociales.

Deserción. Si bien la educación en línea ofrece un sin número de ventajas, en la práctica tenemos que el porcentaje de deserción es significativamente mayor al presencial y afecta a las poblaciones más vulnerables.

Violencia digital y denuncias. No olvidemos que las IES son espacios en donde también se construye, subjetiviza y reproduce el orden social con todas sus problemáticas y tensiones. En este respecto la tecnología ha jugado un papel como espacio de disputa y dispositivo para distinguir conflictos difíciles de ver a simple vista.

La dinámica de aprendizaje llevada al campo digital dio cuenta de casos de violencia como el de la profesora de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) agredida por su pareja mientras impartía clases en línea o como los casos de profesores transmitiendo opiniones de discriminación y sexismo en sus clases en línea. En 2019 el movimiento denominado “#MeToo” llegó a las aulas denunciando situaciones de acoso y violencia de género dentro de las Universidades mexicanas y en diferentes universidades se dieron “paros virtuales” como estrategia de protesta ante conflictos laborales.

En resumen, podríamos decir que las tecnologías tienen por supuesto la capacidad de llegar a más personas, ofrecer una mayor variedad de opciones educativas, abaratando costos y brindar experiencias más personalizadas potenciando las capacidades humanas. No solo eso, gracias a la tecnología el sistema educativo superior en su nivel de licenciatura no solo no colapsó, sino que creció 0.62% en el año 2020 y 2.12% en el año 2021. Sin embargo, las tecnologías educativas como producciones socioculturales tienen la facultad también de evidenciar o incluso agravar conflictos y problemáticas que aquejan a nuestra sociedad. Por eso, el abordaje de la implementación de tecnologías en el espacio educativo exige no solo un examen técnico sino también requiere de reflexiones y diagnósticos realistas e integrales de las circunstancias y problemáticas dentro de nuestra propia comunidad antes de ponerlas bajo la lupa de lo digital y reproducirlas exponencialmente con los procesos de automatización e IA.

Hemos vivido ya beneficios y conflictos que pueden ocasionarse en ejercicio de las tecnologías de la información en las aulas ¿qué podrá esperarse cuando otras tecnologías emergentes se nos sean reveladas en plenitud?

- Anuncio -spot_img
- Anuncio -

MÁS RECIENTE

- Anuncio -

NO DEJES DE LEER

- Anuncio -