(22 de mayo, 2014).- “La vida está compuesta por círculos”, son las palabras de Joseph Campbell citadas en el programa de mano de la obra “O”, a cargo de la compañía Idiotas Teatro, una propuesta que explora los contrastes de un mundo caótico, pero que finalmente cabe en una circunferencia, en una vocal.
Una cirquera perdida sale de su escondite y lo único que encuentra es una radio vieja, la cual, junto a su vestimenta nos lleva a un posible 1945, a una desolada atmósfera de guerra que ya agoniza. Así arranca la puesta en escena que, dejando en segundo término el uso de la palabra, va guiando al espectador entre recuerdos y realidades, entre sueños y miedos.
La anécdota es simple: esta cirquera, interpretada por Carmen Coronado, al hallarse sola ante tan devastador panorama, se refugia en recordar a quienes fueran sus colegas –entre los que se incluye a su padre–, y en repetir constantemente una especie de plegaria, que se intuye, bien podría habérsela transmitido él mismo, o alguno de sus antiguos compañeros.
“No me enseñaron a temer; sólo me enseñaron a soñar”, repite cada que sus remembranzas se desvanecen, cuando la realidad se hace presente para romper la magia del circo imaginario que ella intenta reconstruir en su cabeza.
De esta manera, el principal acierto de la obra radica en las transiciones, el ir y venir de atmósferas, el cual se consigue debido al trabajo comprometido de los actores, quienes introducen al espectador en la expectativa del juego circense, de los actos espectaculares a cargo de un pequeño grupo de cirqueros, interpretados por Cristian David, Lucía Pardo, Fernando Reyes y Karla Armendáriz (ésta última alternando funciones con Claudia Ivonne Cervantes), para luego romper esa ilusión y abandonar de nuevo al personaje interpretado por Coronado.
Ningún ‘gran acto’ logra concretarse, el público siempre se queda con hambre de más, lo que a simple vista podría verse como un elemento básico para el montaje, al tratarse de un espectáculo clown –jugar con el error o las acciones inconclusas, de manera vinculatoria y risible con el público–; pero en este caso va más allá, pues la empatía que se logra con el espectador lo hace acompañar a los personajes en el devenir de la puesta, debido a que este ‘trabajo actoral comprometido’ se refiere justamente a la progresión emotiva que alcanzan con honestidad, con claridad en las imágenes que proyectan, transportando a la audiencia de un lado a otro en cuestión de segundos, con apoyo también de la música original –compuesta por Daniel Martínez e interpretada en vivo por los mismos actores– y del diseño de iluminación.
Finalmente, la obra, que además remite sutilmente a La Orestiada griega, permea una sensación agridulce sustentada en la contraposición del circo con la guerra –y de la guerra interna de una protagonista que viene del circo y desconoce la violencia–, al reflejar una faceta esperanzadora que se enfrenta con realidades de desaliento.
Así, la fuerza de este discurso bien podría estar concentrada en la relación que adquiere con el contexto actual de violencia en México, como una especie de insistencia a seguir la línea de los sueños (donde entran los ideales y aquellas cosas que siempre intentan recordar los quehaceres artísticos, como en este caso el circo) ante un mundo que no deja de ser hostil, pues ambos opuestos caben en el mismo círculo que el ser humano ha dibujado y habita.
“O”, de Idiotas Teatro, a partir de una idea original de Fernando Reyes, se presenta hasta el 13 de julio, todos los domingos a las 13:00 horas, en el Teatro La Capilla (Madrid No. 13, Colonia del Carmen Coyoacán). Los costos de los boletos son de 150 pesos, y 100 para estudiantes, maestros y/o beneficiarios del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) con credencial.