El huachicol, ese negocio ilegal que por años drenó las entrañas de Petróleos Mexicanos (Pemex), ya no tiene el mismo margen de maniobra. En lo que va del 2025, el gobierno federal dio un golpe millonario al crimen organizado: logró recuperar combustible robado por un valor que rebasa los mil 11 millones de pesos, según datos oficiales e información presentada en el diario El Universal.
En los primeros seis meses del año, se aseguraron más de 41 millones de litros de combustibles, entre gasolina, diésel, crudo, turbosina y otros derivados, gracias a operativos coordinados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional. Estos decomisos representan nada menos que el 10% de las pérdidas anuales de Pemex por robo de hidrocarburos, una cifra inédita en la lucha contra el huachicol.
Las pérdidas de Pemex por este delito en el primer semestre de 2025 ascienden a 10 mil 250 millones de pesos, pero por primera vez en años, los decomisos alcanzaron una décima parte del total. Solo en 2024, el gobierno apenas había recuperado 2.2% del combustible robado. La diferencia es abismal.
Y no se trata solo de litros. Las cifras incluyen 129 carrotanques detenidos y el aseguramiento de una refinería clandestina, lo que revela una red bien organizada que ha empezado a ser desmantelada.
Los números no mienten: en 2024 se recuperaron 18.9 millones de litros, con un valor cercano a los 456 millones de pesos. Ese año, Pemex reportó pérdidas de 20 mil 529 millones por este delito ante autoridades regulatorias de Estados Unidos.
La nueva estrategia de combate al robo de combustibles, impulsada en los primeros nueve meses del actual sexenio, empieza a mostrar resultados tangibles. El mensaje es claro: no hay lugar seguro para el huachicol.
Y mientras desde el norte se encienden alertas, la Embajada de Estados Unidos denunció recientemente que parte del crudo robado cruza a Texas para ser refinado y luego reingresa a México mal etiquetado, las autoridades mexicanas refuerzan su compromiso por frenar esta práctica que afecta directamente al bolsillo nacional.
Aunque falta camino por recorrer, este avance marca un punto de inflexión en una batalla que parecía perdida. Hoy, cada litro recuperado representa una victoria frente a quienes lucran con los recursos del país.
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