Héctor Estrada
Los pendientes de Carlos Morales Vázquez con el medio ambiente y Tuxtla Gutiérrez podrían convertirse en uno de sus mayores lastres a la hora de pedir nuevamente el voto a los habitantes de la capital chiapaneca. Su paso por la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (SEMANH) no sólo fue intrascendente, también estuvo plagado de graves omisiones y complicidades que hoy mantienen a miles de habitantes en elevadas condiciones de riesgo.
Además de los señalamientos que se ciernen sobre Morales Vázquez acerca de la serie de atropellos perpetrados al interior del Zoológico Miguel Álvarez del Toro, relacionados con despidos injustificados, abuso de autoridad y nepotismo (de los que se hablará en otras entregas), son dos temas los que se colocan como los mayores pendientes para el municipio que por tercera vez intentará gobernar.
El caso Proactiva se convirtió durante su gestión dentro de al SEMANH en uno de los mayores reclamos. La exigencia de personajes como Héctor Montesinos y demás defensores ambientales para fijar postura y sumarse a la defensa jurídica nunca se hicieron efectivos en Morales. Durante la estancia del ex perredista la dependencia se dedicó a “darle vueltas” al asunto, con reuniones sin efecto y promesas que terminaron cansando a los defensores del tema.
En palabras del propio Héctor Montesinos, quién desde hace varios años lleva la defensa jurídica del caso, Carlos Morales terminó convirtiéndose en el obstáculo cómplice de la empresa que actualmente enfrenta serios procedimientos judiciales por contaminación ambiental. Morales Vázquez se negó flagrantemente a proceder legalmente contra Proactiva. Pese a la solicitud desesperada para que interviniera, finalmente nunca presentó la denuncia correspondiente ante La Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Ambientales (FEPADA).
Se limitó a promover, mediante la procuraduría ambiental estatal, tres multas de apenas 20 mil pesos (cada una) durante los más de cinco años de su gestión. Únicamente tres multas con las que intentó lavarse las manos respecto al gravoso caso. Decidió ignorar y minimizar por completo las pruebas de contaminación tóxica en el Río Suchiapa y demás afluentes que se comunican con la zona contaminada por el relleno sanitario de Proactiva.
Caso similar es lo sucedido con Cales y Morteros del Grijalva. Pese a las promesas y las constantes reuniones con la organización defensora de la Rivera de Cahuaré, la empresa continúa realizando la extracción de materiales pétreos en las laderas del emblemático Cañón del Sumidero. No hubo defensa legal efectiva, y al igual que lo sucedido con Proctiva, la dependencia se dedicó a negociar acuerdos con las empresas involucradas, sin resolver las problemáticas de fondo.
Hay organizaciones defensoras defraudadas por la actuación de Morales Vázquez que incluso aseguran que la simulación y omisión de Carlos Morales responde acuerdos ocultos con Proactiva y Cales y Morteros del Grijalva a fin de brindarles impunidad a cambio de financiamiento para su campaña a la presidencia municipal de Tuxtla. Sin duda, señalamientos fuertes que Morales sólo podrá sacudirse con acciones o compromisos contundentes en contra de los abusos y arbitrariedades protagonizadas por ambas empresas.
Carlos Morales decidió no hacer nada para resolver problemas tan importantes que tienen que ver con Tuxtla Gutiérrez y su zona metropolitana. Su omisión y complicidad (voluntaria o no) también lo hace responsable directo de la grave contaminación ambiental provocada por Proactiva y los cientos de casos de enfermedades respiratorias generadas por el Cales y morteros del Grijalva que poco a poco a envenenan al centro de Chiapas… así las cosas.