Al desechar la reforma eléctrica, el PRI demuestra que no se ha sacudido al neoliberalismo como lo prometió. No es un “no” a AMLO; es otra vez un “no” al pueblo de México; como cuando aprobaron el Fobaproa en detrimento de las mayorías o aumentaron el IVA del 10 al 15 por ciento en 1995 y encima de todo el coordinador de los diputados priistas Humberto Roque Villanueva se burló del pueblo con la “roqueseñal”.
Al cerrarle la puerta a la reforma eléctrica en este 2022 el PRI se ha ganado el apoyo de la cúpula del viejo régimen y de personajes como Claudio X González pero perdió su oportunidad para reivindicarse con la historia y ha demostrado que en los momentos cruciales le pasa la factura a la ciudadanía. El PRI de Alejandro Moreno Cárdenas (Alito) borró al cardenismo y a López Mateos y encumbró de nuevo al salinismo.
Peor aún, el discurso de la dirigencia del PRI está lleno de contradicciones pues el propio coordinador priista en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, reconoce que la reforma energética de Peña Nieto provocó un sistema eléctrico que beneficia a ciertas empresas y lesiona los intereses de la mayoría pero que no habrán de respaldar la reforma constitucional del presidente.
“Va por México reconoce que hay errores, excesos y simulación en la industria eléctrica por parte de los privados”, soltó Moreira. Sin embargo insistió en que acompañarán al PAN y PRD en su negativa a la iniciativa de AMLO.
No obstante, es sano que las cartas estén sobre la mesa. El PRI simuló durante meses que estaba dispuesto a escuchar los argumentos técnicos y hasta participó en el Parlamento Abierto que resultó ser una simulación pues la decisión no se tomó ahí sino en la cúpula de Sí por México que organizó Claudio X González.
Este proceso se da en medio de las campañas electorales en 6 entidades en donde están en juego las gubernaturas y sin duda la decisión cupular debilitará a los candidatos de la oposición. La ciudadanía pasará factura a los partidos que históricamente se han aliado para favorecer a los de siempre (una minoría) y perjudicar a los de siempre (las mayorías).
Por lo pronto en la oposición se aplauden entre ellos, el presidente del PAN Marko Cortés felicitó a la dirigencia del PRI por oponerse a la “destructiva” reforma eléctrica de López Obrador y a la Coalición Va por México por mantenerse unida.
Alito se ganó el aplauso de panistas, perredistas y patrocinadores pero se convirtió en el sepulturero del PRI, le ha puesto los clavos a la ataúd del partido. El Partido Revolucionario Institucional tuvo la oportunidad histórica de acercarse a las causas populares y la dejó ir.
En tanto el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados Ignacio Mier aún ve una luz de esperanza e indica que en la 4T están dispuestos a incorporar aportaciones de oposición para alcanzar la mayoría calificada en torno a la reforma eléctrica.
Se ve difícil pues PAN, PRI y PRD buscarían una cirugía mayor a la iniciativa presidencial y AMLO no aceptaría la aprobación de una reforma cosmética.
Pero no se debe descartar una rebelión de legisladores priistas que hagan caso omiso al llamado de su dirigente que hasta ahora solo les ha ofrecido derrotas siendo el partido que más ha perdido gubernaturas en tiempos recientes.
Al desechar la reforma eléctrica del Ejecutivo, la dirigencia del PRI manda el mensaje de que no apoyará ninguna de las otras reformas de AMLO. En este sentido, ellos mismos están adelantando la elección de 2024 y seguramente la ciudadanía apoyará con más fuerza a la 4T en los procesos electorales en curso y los que vienen.
Con esta postura de la dirigencia priista no solo pierde el partido sino México y el PRI se condena a seguir perdiendo todo.


