(30 de enero, 2016).- El legado de ambición de los Murat en Oaxaca parece continuar y ya se ha oficializado con la candidatura única por el PRI de Alejandro Murat, uno de los más asiduos voceros y promotores de las cabezas que manejan las altas esferas del poder.
Tanto él como su padre fueron férreos defensores e impulsores del Pacto por México en Oaxaca, lo que le valió la dirección del Infonavit, e incluso tener la libertad de no rendir declaración patrimonial, precisamente un tema que el New York Times exhibió, donde se aseguró que tanto José Murat, su padre, como la familia entera poseía millonarias propiedades en Estados Unidos, además de encontrarse ligados a constructoras con presencia a nivel nacional.
Los Murat siendo sabuesos de confianza del PRI y principalmente hoy de Enrique Peña Nieto, les ha valido el ascenso de otra generación a la candidatura al gobierno del estado. No resulta difícil visualizar los estragos que llegarían junto a Alejandro Murat de ganar la gubernatura en una de las entidades mayormente saqueadas por los políticos de derecha y al mismo tiempo una de las más pobres del país.
Alejandro Murat habla de no someter a Oaxaca a experimentos, sin embargo su padre, creó un gobierno fallido, que hizo uso de cualquier elemento para impedir una auditoría sobre gasto estatal, mientras aseguraba se iba con la misma ropa, calzado y carro que cuando llegó, aunque jamás quiso revelar el monto de su sueldo, dándolo a conocer otros funcionarios quienes declararon ascendía a 100 mil pesos mensuales.
El candidato del PRI a la gubernatura de Oaxaca es un mafioso más, pero con un poco más de discreción, Alejandro camina con el discurso de un rostro ‘joven’ y ‘renovado de su partido, sin embargo, como Peña Nieto y su padre, son el viejo y el nuevo PRI unificados para seguir con la ruin política corrupta e impune.
De llegar al poder, sin duda alguna será un gobierno autoritario, sentado sobre las bases de la corrupción y la violencia en contra de movimientos sociales, activistas, periodistas y sociedad civil que intente alzar la voz, porque ese modelo es el que ha impuesto desde siempre el partido en el poder, hoy con mayor violencia y descaro los gobernadores y el ejecutivo abren fuego y matan de hambre a cualquiera, protegidos entre ellos mismos, siendo juez y parte.
Ya que una de las principales características del priista es carecer de principios, convicciones e ideales, por el contrario es un oportunista que acapara cualquier atisbo de poder para negociarlo por uno mayor, crecer y mantenerse en los niveles más altos pasando incluso por encima de los que alguna vez fueron sus aliados.
Una prueba más es Baltazar Hinojosa, hoy ya candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas. Está visto que el partido sigue creyendo que pueden poner a cualquiera en el poder y éste será bien visto por el ciudadano, un hecho peligroso de ser aún una realidad.
A este político por años se le ha vinculado con la delincuencia organizada y de manera comprobada con Tomás Yarrington, sin embargo a seguido manteniéndose dentro del poder, como un intocable.
Tejedor de círculos de confianza, se ha protegido creando alianzas para mantenerse vigente y hoy acceder a uno de los escalafones políticos más importantes. Aun cuando se le caracteriza por ser racista, derivado de frases humillantes en contra de alumnas embarazadas, con fama de traidor por ser en un primer momento ‘aliado’ de Elba Esther Gordillo, para luego abandonarla, por mencionar algunos detalles.
Hoy su más sobresaliente dato es haberse hecho acreedor de una recomendación por parte de la Comisión de Derechos Humanos del Estado, por su abuso de autoridad, sin dejar pasar el desvío de recursos. Todo esto no le ha importado al PRI, se sabe seguro de su manera de hacer campañas, de su fraudulenta forma de competir e incluso ganar, todo ello, muestra de las acciones y decisiones del mexicano a la hora de sufragar.
El enriquecimiento ilícito, los nexos delincuenciales, tráfico de influencias, violaciones a derechos humanos o cualquier otro delito preceden a los candidatos del PRI, porque tras haber construido un México corrupto, dicho partido se cree impune para seguir manteniendo el poder en sus manos.