Este viernes 12 de septiembre, la presidenta Claudia Sheinbaum dejó claro el destino de los impuestos al refresco: se irán directo a programas de salud. Los recursos se concentrarán en atender padecimientos ligados al consumo excesivo de azúcar, como la diabetes, la hipertensión y la enfermedad renal.
“¿Para qué se va a utilizar? Para las estrategias que se plantearon para atender el problema de diabetes, hipertensión, que están vinculadas al consumo excesivo de bebidas azucaradas, y también en la atención de la enfermedad renal, que es uno de los padecimientos más tristes y dolorosos para la gente”, señaló la mandataria.
Un impuesto con causa
Sheinbaum subrayó que esta medida no busca únicamente recaudar dinero, sino reducir el consumo de refrescos en la población.
“Lo primero, reitero, es no recaudar en el caso de los refrescos, sino lo que queremos es que disminuya el consumo de las bebidas azucaradas”, enfatizó.
El planteamiento oficial es claro: menos refrescos, más salud. Incluso, la presidenta dio un ejemplo sencillo:
“Con dos refrescos menos que se dejen de consumir al mes, si uno toma diario, no afecta el bolsillo, eso es lo que queremos”.
Bots contra el impuesto
La mandataria también respondió a la polémica en redes sociales por el incremento de un peso en la presentación de 600 mililitros. Según explicó, la supuesta campaña de rechazo en X (antes Twitter) no fue orgánica:
“En redes se hizo una campaña contra el aumento de un peso a los refrescos… 90 por ciento son bots”, afirmó.
Inversión directa en salud
El dinero que provenga de este gravamen no se diluirá en otros gastos, sino que se canalizará a un fondo específico de salud. Con ello, se fortalecerán los servicios de atención a pacientes que requieren hemodiálisis, así como campañas de prevención de enfermedades crónicas vinculadas a la dieta.
Con esta decisión, el gobierno federal busca no solo garantizar más recursos para hospitales y tratamientos, sino también fomentar un cambio de hábitos en la población que permita reducir la incidencia de padecimientos que hoy ocupan los primeros lugares en mortalidad y gasto público.


