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El regreso del dinosaurio: de la prehistoria a la (PRI)historia actual

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(31 de enero, 2014).-  La avenida Insurgentes Norte, en la Ciudad de México, lleva casi un siglo circundada por seres prehistóricos. Ésta es la premisa que el artista Erick Meyenberg toma como referencia para su más reciente instalación: El regreso del dinosaurio.

El Museo Universitario del Chopo, durante casi cuarenta años, fungió como Museo de Historia Natural y albergó una réplica exacta del diplodocus que se encuentra en la colección de Andrew Carnegie. Para muchos, el falso dinosaurio se convertiría en un símbolo del museo, hasta que -en 1964- el recinto cerró las puertas y las distintas colecciones fueron a parar a otros lugares.

Foto: Fabián Cuéllar
Foto: Fabián Cuéllar

Curiosamente, en 1962, el arquitecto Pedro Moctezuma comenzó la construcción de la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la colonia Buenavista, apenas a una cuadra del Museo del Chopo. Se iba un dinosaurio y llegaban otros al barrio.

Meyenberg reconstruye, de manera literal, algunos huesos de un diplodocus con materiales sintéticos y los coloca en una instalación que podría simular una excavación arqueológica. Además de los huesos, en una vitrina muestra una serie de fotografías de presidentes emanados del PRI, intervenidas por pedazos de espuma de poliuretano, material también usado para las reproducciones de la osamenta.

Foto: Fabián Cuéllar
Foto: Fabián Cuéllar

La relación implícita entre el dinosaurio del Museo de Historia Natural y los dinosaurios que habitan a una cuadra del Chopo es mostrada abiertamente por el artista, quien mediante el uso de huesos hechos con materiales sintéticos simboliza esa dualidad del PRI que ahora gobierna el país: aparentemente nuevo,  pero a fin de cuentas con las mismas actitudes arcaicas que caracterizan al dinosaurio.

Foto: Museo Universitario del Chopo
Foto: Museo Universitario del Chopo

Pero el artista no duda en hacer referencias abiertas al partido en el poder: para hacer aún más evidente la relación entre el dinosaurio prehistórico y PRI, unas lámparas verdes, blancas y rojas rodean la instalación. No es coincidencia que por la noche, al salir del museo y caminar hacia avenida Insurgentes, grandes lámparas de los mismos colores alumbran la sede del PRI.

 

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