(26 de junio, 2014).- El escándalo que rodea al uruguayo Luis Suárez por la mordida que le propinó al italiano Giorgio Chiellini, la cual ya le mereció una suspensión de nueve partidos, cuatro meses alejado del futbol y una multa económica por parte de FIFA, también trajo consigo consecuencias de uno de sus principales patrocinadores.
Y es que tras darse a conocer la ejemplar multa que el organismo dirigido por Josep Blatter, le impuso al todavía delantero del Liverpool inglés, la marca de ropa deportiva alemana, Adidas tuvo que actuar pues una de sus principales figuras mostró una imagen alejada de lo que ellos pretenden mostrar.
En primera instancia, y con el propósito de darle la vuelta a la crisis mediática, los creativos de Adidas optaron por rediseñar los afiches que pululan en las playas de Copacabana con la imagen del ariete charrúa.
En ellos aparece el rostro de Suárez al grito de gol, y debajo la frase “tudo ou nada” (todo o nada), con lo que intentaron revertir la situación negativa que los envuelve como marca.
Sin embargo, a los altos directivo alemanes no les hizo gracia alguna la agresión del uruguayo en el último duelo de la ronda de grupos, y también anunciaron que dejarán de comercializar la imagen de Suárez hasta que culmine el Mundial de Brasil.
“Adidas no tolerará la reciente conducta de Luis Suárez. Le recordamos una vez más los altos estándares que esperamos de nuestros jugadores. No realizaremos más actividades de marketing con Suárez durante el Mundial 2014”, declaró Oliver Brüggen, vocero de la firma teutona.
Aunado a ello, ha trascendido que Adidas ya optó por rescindir el contrato que los vincula al romperedes sudamericano, con quien ya habían planeado una campaña para promocionar zapatos deportivos en próximo.
En la red, incluso circula la imagen que la marca había preparado para anunciar sus nuevos botines. El cartel publicitario se muestra a Suárez vestido de negro, unas zapatillas de futbol rojas a un costado y encima la frase “serán odiados” en inglés, el cual tendrá que guardarse en los escritorios alemanes si es que la cancelación se concreta.