(13 de enero, 2014).- Hay una cosa que Los Caballeros Templarios y ArcelorMittal, la mayor productora de acero y exportación de desbastes planos de México, tienen en común: Michoacán, y en específico, la ciudad-puerto de Lázaro Cárdenas.
Fue ahí donde Virgilio Camacho, ejecutivo de este minera, fue hallado muerto con un tiro en la cabeza en abril pasado. Las autoridades suponen que fue a manos de un cártel de la droga; exactamente, el comandado por Servando Gómez, “La Tuta”.
De acuerdo con el diario estadounidense The Wall Street Journal, ArcelorMittal tiene operaciones en 60 países y es la mayor siderúrgica del mundo, de hecho, genera el 6 por ciento de la producción mundial de acero. En México, la planta de mayor consumo corporativo de gas y electricidad se encuentra en la entidad gobernada por Fausto Vallejo, en la ciudad de Lázaro Cárdenas.
En los últimos años, Los Caballeros Templarios han aprovechado la creciente exportación de minerales desde la mencionada ciudad hacia China. Ellos mismos han enviado grandes cargamentos de minerales de hierro a cambio de químicos que utilizan para controlar el comercio de metanfetaminas en México.
Se trata de la organización responsable de más de 70,000 muertes en el estado desde 2006. Son el grupo criminal que por años ha intimidado y amenazado a los habitantes con homicidios, secuestros y múltiples extorsiones. “La Tuta” ha negado estos delitos; no obstante, ha reconocido sus actividades en el sector minero.
La compañía que empleaba a Virgilio Camacho afirma haber invertido cerca de 2 mil 400 millones de dólares en México. De acuerdo con el agente de aduanas Fernando Ramos, el crimen organizado percibe hasta 2 millones de dólares por buque cargado de minerales; es decir, ha conseguido aproximadamente 72 millones de dólares.
Las circunstancias de la muerte de Camacho no están resueltas, las autoridades presumen que fue una víctima del narcotráfico. Ese ejecutivo se convirtió en el intermediario de su empresa –que en el último año ha tenido serios conflictos económicos y ha sido acusada de haberse retrasado con un pago de ocho millones de dólares a dueños de tierras y transportistas– con la comunidad que Los Templarios, hace algún tiempo, decidieron controlar.