En Chiapas la democracia hace décadas que no existe, pero la circunstancia de ese estado, cada sexenio ha sido peor, reduciéndose al saqueo insaciable de los gobernadores a costa del pueblo más pobre del país.
Pero sin duda alguna el caso de Manuel Velasco Coello ha sido el peor, hasta ahora, ya que ha sido quien ha usado cínicamente a los chiapanecos (principalmente la clase más desprotegida) para promocionarse a niveles millonarios, mientras los traiciona con mayores impuestos, pobreza extrema, desempleo, hambre, desnutrición, despojo, indiferencia y ejecuciones extrajudiciales.
Se le acusa de racista, ególatra y asesino. La realidad es que además de los indígenas quienes han padecido en mayor medida los embates de su gobierno, los infantes, presas de pobreza y pobreza extrema, trabajadores del comercio ambulante, también han sido víctimas de su rechazo y su mal gobierno.
Aunque en este país, pocos se hayan atrevido ha desenmascarar a Velasco Coello, las circunstancias son el auténtico reflejo de un gobernador vil, cruel y manipulador que han sido cómplice de aquellos delincuentes que corrompen la vida de población más vulnerable: los niños.
La frontera sur, además de ser la base de una nueva esclavitud moderna y antro de las humillaciones a derechos humanos de gente de escasos recursos y migrantes, ha dejado que la prostitución infantil crezca y se expanda de manera imparable, Revolución TRESPUNTOCERO ha sido testigo de historias que demuestran lo evidente: la infancia está siendo aniquilada brutalmente por un gobierno estatal cómplice.
Ya que ahí tiene el control un mandatario que ha demostrado que ni siquiera gobierna, pero ha logrado obtener millones, propiedades y otras riquezas por medio de la manipulación del pobre y la mercadotecnia, que lo han ayudado a robarle a Chiapas, crear víctimas y aniquilar al necesitado (necesitado de justicia, de alimentación, de empleo, de economía, de hogar, de educación, de salud).
Hoy uno de los principales problemas que aqueja a Chiapas es la prostitución infantil de menores mexicanos y centroamericanos, Velasco Coello sin duda sabe que existe una zona de tolerancia de nombre “las Huacas”, porque toda la entidad lo sabe, también que Tapachula es el prostíbulo de menores más grande de la entidad, y que las zonas aledañas al parque central es donde menores (niñas y niños) venden su cuerpo, obligados por proxenetas, que resguardados por la policía, y en muchas ocasiones siendo ellos directamente los ‘dueños del negocio’, matan lentamente la salud física y mental de cientos de niños.
Manuel Velasco Coello deberá, entonces, ser recordado como el gobernador del rezago y la barbarie chiapaneca, ya que ha sido un joven incapaz de demostrar un mínimo rasgo de humanismo y por el contrario, llegó para, entre otras cosas, lacerar a todo aquel menor en situación de calle, que principalmente en la frontera, su destino siempre ha sido las drogas y la prostitución. Porque sin duda y sí con evidencias, el gobernador actual también fomenta la trata de personas en Chiapas.
