Los reportes de los organismos internacionales confirman lo que resentimos la mayoría de los mexicanos: que las reformas estructurales aprobadas no están generando crecimiento económico y que, incluso, en el corto plazo están provocando decrecimiento. Como consecuencia de la desaceleración económica general en los mercados emergentes, este jueves, el Fondo Monetario Internacional redujo a 2.4 por ciento su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México este 2015, y a 3.0 por ciento para 2016. En estos momentos, nueve de cada diez mexicanos cree que la crisis ya llegó a su vida personal y tres de cada cuatro emprendieron acciones en el último año para obtener un ingreso adicional al que percibe por su trabajo, básicamente a través de una actividad informal, reportó la firma DataL Popular.
Así, el FMI bajo su proyectado de expansión que tenía para el país hasta el 3.0 por ciento para este año, y una aceleración de 3.3 por ciento en 2016. Además, redujo a 0.5 por ciento su previsión de crecimiento de América Latina y el Caribe, como reflejo de caídas en precios de commodieties y más rígidas condiciones financieras externas. Cabe destacar que en abril, este Fondo había previsto un mediocre crecimiento de 0.9 por ciento en América Latina este año. En tanto que para Brasil, previó una recesión aún más profunda, anticipando una contracción de 1.5 por ciento en 2015, a la que le seguiría una expansión de 0.7 por ciento el próximo año. También en abril, había trazado una caída de 1.0 por ciento en 2015 y un repunta de 1.0 por ciento en 2016.
Para Renato Mirelles, presidente de DataL Popular, los mexicanos son los más pesimistas respecto del momento económico por el que pasa la región. Más de dos terceras partes de los mexicanos, 69 por ciento, cree que la situación económica en los países de la zona es de mala a pésima, un porcentaje que supera el promedio de 58 por ciento; en Argentina y Brasil las cifras son de 60 y 55 por ciento de la población. Durante el XIV Encuentro Santander América Latina, que concluyó este jueves, Mirelles destacó que cuando se trata de la percepción sobre el país, los niveles de pesimismo se disparan. Así, nueve de cada diez mexicanos cree que su país está en crisis, el segundo nivel más alto de la región, después de Brasil, donde la opinión en ese sentido sube a 9.7 de cada diez.
Al presentar la investigación “Cómo enfrenta la crisis América Latina”, señaló que “algo que une a América Latina, a pesar de las grandes diferencias entre países, es que comparte una historia común de crisis económicas”. No obstante, los latinoamericanos están adoptando hábitos y comportamientos que buscan enfrentar la situación económica adversa.
Expuso que tras varios años de bonanza económica, que prácticamente no se registró en México en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), que hizo crecer el ingreso y la capacidad de consumo de millones de habitantes de la región, ahora 50 por ciento de los latinoamericanos considera que la región pasa, en términos económicos, por un momento que va de malo a pésimo. Destacó que México presenta la proporción más alta de la región, con 69 por ciento; baja a 60 por ciento en Argentina y a 55 por ciento en Brasil.
Al referirse al entorno propio, la percepción empeora, observó Mirelles, toda vez que 85 por ciento (8.5 de cada diez personas) de latinoamericanos cree que la crisis económica ya llegó a su vida personal. El pesimismo es mayor en Brasil, donde tiene esa percepción 97 por ciento de los habitantes y en México la comparte 90 por ciento (nueve de cada diez). De acuerdo con el analista, en América Latina los ciudadanos están buscando formas de minimizar los impactos del momento económico que enfrentan, a través de la búsqueda de formas de aumentar sus ingresos, como de disminuir sus gastos y buscar mejores precios al momento de hacer la despensa.
Y presenta los datos: el 72 por ciento de los latinoamericanos tomó en el último año alguna medida para tratar de incrementar su ingreso, básicamente a partir de alguna actividad informal –como vender algunas mercancías en la oficina-. Y el porcentaje de los mexicanos que ha seguido esta práctica es el mayor de la región: 75 por ciento (tres de cada cuatro) de quienes trabajan tratan de complementar con alguna actividad extra la nómina, un universo que disminuye a 72 por ciento en Argentina y 71 por ciento en Brasil.
Al mismo tiempo, ocho de cada diez latinoamericanos introdujo cambios en su comportamiento para generar ahorros en el gasto personal y familiar. La proporción es de 8.8 de cada diez entre los brasileños y de 8.2 de cada diez entre mexicanos y chilenos. Las formas que utilizan para generar ahorros son reducir las compras en el supermercado o gastar menos en ocio y esparcimiento, lo que no necesariamente es positivo dado que genera sentimientos de irritación y frustración en las personas que deben dejar hábitos como ir al cine o a un restaurante el domingo.


