Como consecuencia de la caída de los precios internacionales del petróleo, la economía de México está en una situación crítica, que es ocultada por la cortina de humo en que se han convertido las campañas políticas de la elección intermedia. El gobierno federal que encabeza Enrique Peña Nieto tiene el riesgo de que la estabilidad del país se le vaya de las manos sí el manejo de las variables económicas sigue siendo deficiente y el crecimiento económico del país no cubre las expectativas de la población. A eso hay que agregarle las fallas en el control de la violencia y la inseguridad y la ausencia de respeto al Estado de Derecho, en un régimen que se ha caracterizado por la corrupción y el imperio de la impunidad.
Las cuentas que presenta la administración peñanietista están lejos de ser positivas y muy retiradas del “camino correcto” que dice mantener la economía según el titular de la SHCP, Luis Videgaray. Para empezar, baste señalar que los ingresos petroleros se ubicaron en 173 mil 716 millones de pesos, monto inferior en 42.6 por ciento anual en términos reales a los recibidos en el primer trimestre de 2014. Además, la depreciación del tipo de cambio tuvo como consecuencia una revaluación del monto de la deuda externa de México. De acuerdo con datos de la SHCP; al cierre del primer trimestre de 2015, el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público, indicador que incluye las obligaciones del sector público en su versión más amplia, ascendió a 7 billones 638 mil 602.8 millones de pesos, equivalente a 43.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Además, durante el primer trimestre de 2015, se registró un déficit público de 100 mil 417 millones de pesos, resultado congruente con el déficit presupuestario anual aprobado por el Congreso de la Unión. Los ingresos presupuestarios del sector público se ubicaron en 1 billón 85 mil 959 millones de pesos, monto superior en 9.3 por ciento anual en términos reales respecto al mismo periodo de 2014. El gasto neto presupuestario del sector público ascendió a 1 billón 187 mil 748 millones de pesos, monto superior al pagado en enero-marzo del año anterior en 11.9 por ciento real.
En el primer trimestre de este año, Pemex reportó una pérdida de 100 mil 546 millones de pesos, las mayores para un trimestre en toda la historia de la ahora Empresa Productiva del Estado, agobiada por la caída en las cotizaciones internacionales del crudo. Las pérdidas anualizadas de Pemex aumentaron 179.6 por ciento comparadas con los 35 mil 953 millones de pesos observadas en el mismo periodo de 2014. La caída en los precios internacionales del crudo en el primer trimestre de este año fue de 51.5 por ciento, al descender la mezcla mexicana de exportación de 92.41 dólares por barril observados en el primer trimestre de 2014 a 44.8 dólares en el mismo lapso de 2015. La producción de crudo registró un promedio de 2 millones 300 mil barriles por día, que significó una caída de 7.7 por ciento.
Desde el año pasado se esperaba –y se anunció profusamente- un impulso adicional al crecimiento económico gracias al efecto de la reforma energética en el sector, sin embargo, lo que ocurrió en materia de exportaciones petroleras se convirtió en un riesgo para el crecimiento. El petróleo se convirtió en un foco de alerta para el crecimiento económico del país, ante la caída de los precios del petróleo, la disminución de las exportaciones, la reducción de la producción de hidrocarburos y la disminución en las importaciones de Estados Unidos.
El primer efecto de la caída de los precios internacionales del petróleo lo resentimos en el presupuesto del gobierno federal. Las finanzas públicas dependen una tercer parte de las ventas del petróleo al extranjero. Cada año, el gobierno determina un precio del barril para obtener cierta cantidad de recursos y así complementar los que necesita el país para gastar y dinamizar la economía. Ante la presión de la caída de los petroprecios, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sostiene que su efecto será limitado en 2015, pero admite que también afectará el 2016.
Desde finales del mes de enero, Luis Videgaray, titular de la SHCP, anunció un recorte “preventivo” de 124 mil 300 millones de pesos, equivalentes a 0.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), al gasto público autorizado por el Congreso para este 2015. El recorte fue obligado también por una desaceleración global de la economía y una mayor volatilidad, por la inminente alza en las tasas de interés de Estados Unidos.
El ajuste se le cargó precisamente a Pemex, con 62 mil millones de pesos, mientras que a la CFE se le recortaron diez mil millones de pesos. En cuanto a las secretarías federales, ésas dejan de recibir 52 mil millones de pesos, de los cuales 62% corresponde a gasto corriente. De manera definitiva se canceló el Tren Transpeninsular Quintana Roo-Yucatán y se suspendió de manera categórica el tren México-Querétaro.
El impacto de los factores internacionales sobre la economía mexicana fue mitigado, dijo el funcionario, por la disciplina fiscal en el manejo de las finanzas públicas, la estabilidad macroeconómica, la reforma fiscal y la estrategia de coberturas del precio del crudo. Subrayó que el nivel de reservas internacionales, cercano a 193 mil millones de dólares, aunado a la línea de crédito flexible del FMI por alrededor de 70 mil millones de dólares, prevén liquidez para enfrentar de manera ordenada las contingencias en los mercados financieros internacionales.
El golpe de la caída de precios del petróleo en el país para este año se tiene de una u otra forma amortiguado, pero el reto para las finanzas públicas será sin duda a partir de 2016, cuando se enfrente un entorno de menores ingresos, por lo que la administración de Enrique Peña Nieto deberá gastar menos y mejor. De acuerdo con las propias estimaciones de la Secretaría de Hacienda, se enfrentará un entorno de bajos precios del petróleo, es decir, de menores ingresos, por lo que se ha anunciado que se trabaja en un presupuesto de base cero para 2016.
AJUSTE AL GASTO EN 2016
Desde el pasado mes de marzo, la administración peñanietista, a través del subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, adelantó que efectuará un recorte de su gasto público para 2016 probablemente equivalente a 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) ante la caída de los precios del petróleo. Ese porcentaje es ligeramente superior a la disminución del presupuesto de 2015, anunciada el 30 de enero pasado.
Si no hay turbulencias no previstas, eso implica que la economía de México mantendría en 2016 un crecimiento similar al de este año, es decir, de alrededor de 2.8 por ciento del PIB, mientras se espera que la mezcla del crudo promedie 55 dólares por barril. Las optimistas previsiones –que nunca se cumplen- de la Secretaría de Hacienda esperan que el PIB de México crezca en un rango de entre 3.3 y 4.3% en 2016, casi igual a la previsión de entre 3.2% y 4.2% que esperan para este año, de acuerdo a los criterios presupuestales enviados al Congreso el pasado mes de marzo.
El ajuste presupuestal, así como la incertidumbre económica y financiera que prevalecerá en el exterior impactó negativamente en la estimación del crecimiento del PIB, que originalmente estaba previsto en 4.9% para 2016, y ahora se proyecto en un rango inferior de entre 3.3% y 4.3%, lo cual no deja de ser optimista.
Hacienda adelantó que el gasto presupuestal de 2016 será menor en un 4.3% al de 2015, en medio de una caída en los precios internacionales del petróleo. Para el próximo año, la SHCP prevé un ajuste al gasto adicional por 135,000 millones de pesos con la finalidad de mantener el compromiso con la trayectoria de déficit decreciente.
El precio promedio de la mezcla mexicana de petróleo de ese año podría ser de 50 dólares el barril, según los pre-criterios enviados al Congreso. La plataforma de producción de petróleo sería de 2.4 millones de barriles en 2016, que superaría los 2,288 mbd previstos para este año. En cuanto al tipo de cambio en 2016 sería de 14.5 pesos por dólar, desde los 14.8 pesos calculados para este año.
De acuerdo con las previsiones de la SHCP, los ingresos petroleros sólo serán de 950 mil 310 millones de pesos en 2016, lo que significará un desplome de 23% con relación a lo esperado este año. Hacienda advierte que “en 2016, a diferencia con 2015, esta diferencia no podrá ser cubierta. El gobierno federal sólo estará en posición de comprar coberturas financieras ante caídas del precio del petróleo por debajo del nuevo nivel estimado”.
Sin duda alguna, las coberturas triplicarán su costo ante las constantes caídas del precio de la mezcla mexicana y por una mayor demanda en el mercado por parte de otros países, cuyas finanzas dependen del petróleo. En definitiva, va a ser un instrumento más costoso que lo fue en 2014 para cubrir las del 2015, fundamentalmente porque los riesgos en el mercado petrolero han aumentado. El gobierno las comprará más caras.
Los ingresos tributarios, que esperan tengan un crecimiento inercial, no servirán como contrapeso para hacer frente a los retos de finanzas pública. Así, el ajuste descansará en reducciones al gasto programable, por 135 mil millones de pesos. Para el próximo año, la SHCP estimó un gasto público por 4.66 billones de pesos, que será 3.5% inferior al actual ejercicio.
Para el próximo año, el gasto no programable aumentaría 82 mil 700 millones de pesos por el mayor costo financiero, que resultará del alza en las tasas de interés, internas y externas, a las mayores participaciones del crecimiento de la recaudación federal participable y al mayor pago de Adefas (Adeudos de Ejercicios Fiscales Anteriores).
El gasto programable, sin considerar la inversión de alto impacto económico y social, tendrá que reducirse en 263 mil 700 millones de pesos con respecto al monto aprobado en el gasto público de 2015. Al incluir la inversión, la disminución requerida en ese rubro será de 249 mil 400 millones de pesos.
No están descartados riesgos que podrían impactar aún más a las finanzas públicas, lo que dependerá de variables como el crecimiento económico, inflación, tasas de interés, precio del petróleo y depreciación del peso frente al dólar.
Los analistas económicos privados coinciden en que la idea de proyectar un presupuesto base cero sólo beneficiará si realmente se prioriza el gasto en inversión, con el fin de reactivar la economía mexicana; de lo contrario, el gasto volverá a ser desequilibrado e ineficiente.
En nuestro país, el gasto de inversión sólo llega a representar medio punto del PIB, mientras que en países como China, Japón y Singapur es de 1.5%. Desafortunadamente, México gasta muy poco en inversión.