Por: Natalia Antezana
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En un texto de Bruno Baronnet, se explica que la autonomía política de los pueblos de la Selva Lacandona ha permitido la redefinición de la educación básica en sus comunidades. Ahora, ellos y ellas construyen alternativas escolares que se mantienen al margen de la educación “oficial” y que se deben más a la realidad zapatista.
Esto responde al legítimo derecho de la autodeterminación de los pueblos, de ser ellos mismos quienes se hagan cargo de su propia educación, la cual se rebela a la política del Estado y se armoniza con sus propias necesidades.
Para llegar a este resultado, se han llevado a cabo diversos procesos de construcción de proyectos educativos, que resultan más legítimos que un sistema escolar “oficial” impuesto que no embona con el cotidiano de las diferentes culturas mexicanas, tanto urbanas como rurales.
Se ha podido identificar que la educación oficial es rechazada en las comunidades indias, por lo tanto, pasa por un proceso de reapropiación, e incluso de sustitución, por sistemas políticos y culturales propios de los grupos indígenas.
La autonomía zapatista ha demostrado la posibilidad de tener “políticas educativas emergentes” que vayan acorde a las necesidades culturales, políticas, económicas, sociales, e incluso geográficas, de los pobladores de su localidad.
Esto también vislumbra la opción de una educación “bilingüe e intercultural” sin la intervención del Estado como actor principal o legítimo.
Un miembro del Consejo Autónomo del MAREZ Vicente Guerrero, explica cómo no se habían imaginado que podrían llegar a enseñarse a ellos mismos “…no sabíamos cómo íbamos a lograrlo, pero ahora ya lo estamos viendo. Pero nos imaginábamos que iba a llegar mucha comida o doctores y hospitales, pero no nos imaginábamos que nosotros y nuestros propios hijos iban a ser los doctores, los arquitectos, ingenieros, maestros…”. Lo que demuestra que sí es posible llegar a tener estos grandes resultados.
En el comunicado zapatista “Ellos y Nosotros. VII.- L@a más pequeñ@s.”, el SubMarcos explica que se dará una “clase en la escuelita zapatista” que se llama “La libertad según l@s zapatistas”, la cual será impartida por l@s compañer@s de las bases de apoyo zapatistas. Ésta tiene como objetivo “darles los elementos básicos de la historia del neo-zapatismo y su lucha por democracia, libertad y justicia”.
En este contexto, cabe señalar que la interculturalidad es un concepto que refiere a la aceptación de diferentes culturas y a la interacción entre ellas, sin que una domine sobre la otra. Ésta es una negación al predominio de culturas dominantes sobre otras menos dominantes, resultando en el respeto por las diferencias y evitando la desaparición de las culturas minoritarias.
De igual manera, ya en el marco de la educación, la interculturalidad es un factor de suma importancia, especialmente en territorios conformados por múltiples culturas como es el caso mexicano.
Según Sabine Speicer, la “educación intercultural refleja la compleja composición de las sociedades multiétnicas y se proyecta para aportar a la construcción de una sociedad intercultural en términos de respeto mutuo, de reconocimiento de un enriquecimiento a través de la diversidad”.
El Estado es el primero que debe reconocer y promover políticas de autodeterminación de los pueblos, de educación intercultural y de respeto a la diversidad, como un derecho a la justicia social, seguido así del entendimiento y aceptación de parte de los diferentes conjuntos y actores de la sociedad en general.
Con información de Pozol Colectivo
