(18 de noviembre, 2013).- Hace 42 años se publicó el “Manifiesto de las 343”, mejor conocido como el de las “343 putas”, mujeres que en la década de los 70, en Francia, exigían su derecho al aborto. Hoy la idea se retoma, ahora para defender el derecho a la libertad sexual. “No toques a mi puta, el manifiesto de los 343 cabrones”.
42 años de diferencia y parece que ambos son vigentes. En primer lugar, los logros que en 1971 consiguieron estas mujeres francesas para Europa y el mundo están amenazados por una iniciativa ciudadana defendida por algunos integrantes del Parlamento Europeo que pretende destipificar el aborto como un derecho.
La Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) llamada One of us (Uno de nosotros), defiende dos premisas principalmente: no financiar con fondos públicos de la Unión Europea proyectos científicos en los que se destruyan embriones humanos y, por otro lado, no promover el aborto.
La propuesta ya ha alcanzado 1 millón 897 mil 176 firmas de ciudadanos europeos, más del mínimo requerido, y comenzará su tramitación en Bruselas para ser discutida en la siguiente legislatura.
En el acto de presentación en la Oficina del Parlamento Europeo, el eurodiputado del español Partido Popular –y propulsor de la iniciativa–, Jaime Mayor Oreja, tachó el derecho al aborto de un “disparate y una aberración” y sostuvo que es necesario afrontar la “batalla global” en “defensa de la vida”.
Por su parte, el manifiesto de los 343 cabrones se presentó como protesta contra el proyecto de ley del Partido Socialista francés que pretende penalizar a clientes de prostitutas con multas de mínimo mil 500 euros o incluso seis meses de cárcel en todo el país.
Además del manifiesto –firmado por varias personalidades francesas, entre las que destacan el escritor Frédéric Beigbeder, el periodista Eric Zemmour, el dramaturgo Nicolas Bedos, Basile de Koch, y Richard Malka, abogado del ex titular del FMI– a finales de octubre se manifestaron más de 300 trabajadoras sexuales y se han firmado peticiones en contra de la propuesta del Partido Socialista.
Una de las principales críticas a dicha penalización es que agravaría las condiciones de trabajo de las prostitutas –que trabajan en la calle– ya que se verían empujadas a hacerlo en sitios más escondidos en donde, con más facilidad, podrían ser víctimas de peores abusos.
En próximos días un comité del Parlamento francés revisará la propuesta que presentó el gobernante Partido Socialista –que pretende eliminar las sanciones a las prostitutas y en su lugar multar a sus clientes– para su posterior votación en diciembre.
Esta iniciativa, que es apoyada por la oposición conservadora de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y los centristas de la Unión de los Demócratas Independientes (UDI) y los comunistas, establece que además de las multas, los clientes sean considerados como autores de actos de violencia.
En la actualidad, la prostitución no es ilegal en el país galo, donde existen entre 18 mil y 20 mil sexoservidores según un informe de 2012 de la Fundación Scelles. En otras partes de Europa, como Holanda y Alemania, los trabajadores sexuales están registrados, pagan impuestos y reciben beneficios sanitarios. No obstante, en países como Suecia hay varias leyes contra los clientes.
En México, trabajadoras sexuales han tratado de impulsar su Ley de trabajo sexual que promueve que sean catalogadas como parte de la industria para que las instancias de gobierno les brinden los derechos que establece la Ley Federal del Trabajo: derecho a la salud, a un crédito de vivienda, de respeto laboral, etcétera.