(17 de octubre, 2014).- Tras presentar su informe final, la Comisión de la Verdad (Comverdad) de Guerrero afirmó a los poderes judicial y legislativo estatales, que existen crímenes contra el derecho humanitario, como lo es la matanza y desaparición de Iguala, que por su gravedad al Estado le resulta imposible reparar los daños aunque tengan la obligación de hacerlo.
“Simplemente no hay modo, por la profundidad del daño causado a las víctimas y a la sociedad”, arguyó Enrique González Ruiz, titular de la Comverdad local, dependencia que recomendó aplicar criterios de justicia universales para el resarcimiento, por ejemplo a quienes las autoridades llamó “maleantes” o “gavilleros” en la década de los 60’s y 70’s.
Recomendaron también que se identifiquen claramente a las víctimas de la Guerra Sucia, y a los culpables. Paralelamente, propusieron al Congreso guerrerense la eliminación de la placa en honor al Ejército colocada en el Palacio Legislativo, dado que fueron los principales victimarios de aquellos que sufrieron violaciones a sus derechos humanos en esa época de terror.
Presentado en el Tribunal de Justicia estatal, el documento recomienda una reforma urgente a las leyes que brinden el marco legal necesario para que se tipifique la desaparición forzada como delito. Dichos cambios al código penal de Guerrero, tendrán que apegarse a lo dispuesto en la Convención Internacional sobre Desaparición Forzada, que entre otras cosas incluye el decreto de la negativa para incinerar cuerpos de quienes pudieran ser víctimas del delito.
El titular de la Comverdad, hizo énfasis en el proyecto de reparación, al calificar de inaceptable la existencia de monumentos y vialidades en honor a funcionarios relacionados a la Guerra Sucia, donde se instauraron políticas de contrainsurgencia y antisubversivas, las cuales condujeron a crímenes de lesa humanidad.
Por su parte, el legislador Bernardo Ortega, quien se encontraba en la presentación únicamente se comprometió a analizar las recomendaciones junto a sus compañeros. La comisionada de la Comverdad, Hilda Navarrete, asimismo, aclaró que no se debe llamar Guerra Sucia a ese periodo, ya que en verdad fue una represión sistemática contra los ciudadanos de menos recursos.
“Al fallar la justicia y encubrirse los hechos las heridas siguen supurando. Esto ha incubado una gran desconfianza, esa misma desconfianza que llevó a los guerrerenses de aquellos años a tomar las armas por su sed de justicia, una justicia que aun hoy no se conoce”, finalizó la comisionada.