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Fábrica de farsa y delitos, la “nueva” PGR

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Son once los detenidos a raíz de los disturbios generados en la Plaza de la Constitución, en el Zócalo de la ciudad capital de la República el 20 de noviembre pasado. Y con esta cifra también se enmarca, como en el caso de Ayotzinapa, el cansancio de los ciudadanos por la comisión de permanentes abusos policiacos que, disfrazados de pretensiones de orden y legalidad no hacen sino hacer mucho mayor la exhibición de la pobreza que le merece a las autoridades el respeto por la Ley en todos sus renglones y estos incluyen, sin duda alguna, la libre expresión y el no menos libre derecho a la manifestación.

Y si hubo respingos federales por lo expresado por el presidente uruguayo José Mujica, en el caso de Chile, lo que han tenido que dar es esperanzas de una correcta conducción hacia el estudiante originario de ese país Lawrence Maxwell Llabaca, quien también fue detenido. O sea que no es ni siquiera disimulada la desconfianza que existe en el exterior sobre la forma en la que se maneja las instituciones tanto de seguridad como de procuración de justicia en México y, ante esto, no queda sino sentirnos altamente avergonzados como pueblo aunque ellos, como autoridad, parece no dañarles en lo más mínimo.

De nuevo se ha caído en la fabricación de declaraciones y reconstrucción de hechos que forzosamente tienen que caer, encajar, en las versiones oficiales. Así, en la PGR lo mismo pueden hablar de grandes fogatas, de columnas de humo, de materiales inoloros, de quema de decenas de cuerpos humanos dentro de una barranca cuando caía lluvia, agua de esa que apaga toda clase de fuegos y que puede arrastrar a su paso las cenizas, que ahora de terroristas y anarquistas que operan en México y Latinoamérica cometiendo toda clase de tropelías.

Una a una han salido en diversos medios publicadas declaraciones de jóvenes que participaron en esa manifestación que dan cuenta de los hechos de manera totalmente diferente a como lo hace la autoridad. Según el abogado defensor Alejandro Jiménez, quien también es miembro del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, la argumentación jurídica, los cargos hechos a los jóvenes Ramón Domínguez Patlán, Hugo Bautista Hernández, Atzin Andrade González, Juan Daniel López Ávila, Luis Carlos Pichardo Moreno y el propio Lawrence Maxwell, tienen “una pobreza en la argumentación fáctica, en la forma en que relatan los hechos y los conectan supuestamente uno con otro”.

Y es que antes y para sustentar los cargos de homicidio en grado de tentativa, asociación delictuosa y motín, incluyeron una “investigación enciclopédica de grupos terroristas y anarquistas que presuntamente operan en el país”. Esta situación de cargos pre fabricados ha llevado a la familia del chileno Maxwell, quien estudia un doctorado en la UNAM y que fuera detenido cuando a bordo de su bicicleta se acercaba al Zócalo, a buscar entrevistarse con la presidente Michelle Bachelet ya que ha sido trasladado al penal de alta seguridad en Veracruz.

En el DF esta situación motivó otra marcha de jóvenes. La ruta fue del Ángel de la Independencia al Zócalo en demanda de la liberación de estos once detenidos. Hay entre ellos tres mujeres a las que mandaron al penal de Nayarit, entre ellas Tania Ivonne Damián Rojas y Liliana Garduño. Todas ellas decidieron quedarse con su defensor de oficio ya que reiteran que no tienen nada que temer y sus padres manifiestan que tienen miedo de lo que les pueda pasar ya que el sábado van a dar una resolución y no existen argumentos legales para su detención. Sentencias que las autoridades están desesperadas por detener estudiantes y que pretenden que las familias vivan en un terror que paraliza y los lleva al absoluto conformismo y obediencia.

Pero también las redes sociales han hecho su trabajo al difundir videos y textos de los universitarios. “Mientras el Estado mexicano se desfonda por la corrupción, los gobiernos en turno pretenden utilizar la política del garrote y la mordaza para mantener el control. México ya despertó. Los estudiantes de posgrado de la UNAM respondemos así a la responsabilidad social que tenemos y salimos a las calles para protestar contra el abuso sistemático al mismo tiempo que tratamos de construir una alternativa de país desde la academia”.

No omitieron hablar del cansancio, de ese que hizo famoso el procurador Murillo Karam: “estamos cansados de que día a día crezca la cantidad de presos políticos; cansados del pacto de impunidad que existe entre las élites político-empresariales que controlan al país; cansados de que la economía vaya en picada mientras se aferra el mismo sistema que ha enriquecido a los más ricos y empobrecido a los más pobres desde hace 30 años. Estamos hartos de que en México los presidente se den vida de virreyes cuando hay tanta pobreza en nuestro país; cansados de que los legisladores hagan leyes a modo para legalizar el despojo y el saqueo como hicieron con la reforma energética; cansados de que el salario mínimo no alcance ni para comprar una canasta básica, de que la justicia sea sustituida por un ajuste de cuentas como sucede con las mafias y de que su única perspectiva de vida sea el desempleo o el narco.

“También de que los políticos no representen a los ciudadanos, de la partidocracia que tiene secuestrado al país, de que la impunidad sea la regla, de que las madres tengan que buscar a sus hijos en fosas comunes y que los ministros de la Corte cobren sueldos multimillonarios para beneficiar los intereses de los presidentes en turno. Cansados de que se trate de silencias la verdad matando periodistas; cansados de la manipulación informativa de los serviles medios de comunicación y de un gobierno impuesto por las televisoras y que está al servicio del mejor postor. Cansados de ver como los políticos venden al país para llenar sus bolsillos; cansados de que el gobierno de Peña Nieto condone 180 mil millones de pesos a sus cuates en impuestos mientras que a la ciudadanía se los sigue subiendo.

“Cansados de que tu no hagas nada por cambiar este país. Estamos cansados de no hacer nada. Y preguntan: ¿quiénes están más cansados, ustedes el gobierno corrupto o la ciudadanía?. Los mexicanos hemos empezado a romper el hábito de la desesperanza para organizarnos y remediar el desastre de país que nos han dejado. Esto apenas comienza”.

Y vaya que tales expresiones devuelven a muchos adultos la confianza en que puede haber un futuro. No hace mucho tiempo continuaba preguntándome una y otra vez en donde se encontraban los estudiantes que no reclamaban por su futuro, que no se inconformaban, que utilizaban la tecnología, las redes, los correos y todos esos medios modernos para hacer chistes, escribir mal, mandarse mensajes de todo tipo de calibre, denostar a hombres y mujeres que no eran de su simpatía y presentar reclamos sin sustento, con ofensas. Hacia comparación con aquellas manifestaciones que hoy entiendo eran absurdas en su realización ya que se presentaban por situaciones ajenas a lo que se estaba cocinando en nuestro propio territorio. No salen, no marchan, no gritan que no es justo que obtengan un título, que lo carguen bajo el brazo y tengan que tomar cualquier empleo, que su vida no tenga un futuro, un desarrollo claro, que no reclamen por todas las omisiones que las pasadas generaciones hemos tenido, por los errores de convertirnos en ciudadanos sin banderas ni lucha. Su presencia hoy, marca un nuevo camino y eso siempre sembrará esperanza.

Y ojalá que también ésta se presente para confiar en la CNDH que, a sabiendas de que el tiempo esta corriendo y pueden darse dictámenes que perjudique la existencia de estos 11jóvenes detenidos por lo menos en los próximo siete años, sigue integrando expedientes para poder resolver si hubo o no abusos policiacos o si se cumplieron al pie de la letra los mentados protocolos.

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