(04 de febrero, 2014).- Quedan lejos las noches en que Mark Zuckerberg hackeaba las bases de datos de la Universidad de Harvard para hacer la primera versión de lo que en menos de un lustro se convertiría en la red social más famosa a nivel mundial.
Diez años después, no hay más necesidad de robar datos: millones de usuarios se suman día con día a Facebook, donde por decisión propia deciden compartir su información personal, imágenes y gustos con quien sea que pueda entrar a su perfil.
Entre las demandas legales generadas casi desde su creación, hasta el hacker que logró entrar al muro de Zuckerberg, ¿cómo ha sido la primera década de vida para esta red social? Aquí te compartimos algunos de los aspectos clave de estos primeros diez años.
Más allá de lo personal
Quizá uno de los grandes beneficios de redes como Facebook sea la difusión de noticias y datos entre un gran número de personas en sólo segundos.
Facebook nutrió esa idea de aparente libertad de expresión en internet, pues el usuario promedio logró publicar (casi) cualquier cosa para sus contactos, sin grandes consecuencias en contra. Lejos de la información irrelevante que puede circular en sus páginas, los usuarios encontraron otro uso, algo menos personal, más orientado al sentido de comunidad implícito en una red social.
Todos recordamos el caso de la primavera egipcia, en el que el internet y sitios como Facebook jugaron un papel fundamental para dar a conocer los lugares y la hora en las que se presentarían las manifestaciones masivas que derrocaron al régimen.
Cientos de movimientos sociales y grupos de oposición han encontrado en Facebook una herramienta fundamental para dar a conocer sus propuestas, sus ideales. Esto, lejos de intimidar a los gobiernos, llevó a los grupos en el poder a infiltrar la red y llevar un seguimiento más puntual de quienes están en su contra.
El cómplice del espionaje norteamericano
En más de una manera, Facebook cambió las costumbres de los usuarios en internet. Conforme permitió compartir más información entre sus fieles, se volvió más invasivo sobre la privacidad de los mismos.
Desde utilizar la información de los usuarios para colocar publicidad afín a sus gustos y sus búsquedas, hasta apropiarse de las imágenes, videos y, en general, contenido que suben los internautas a la red social, Facebook se ha entrometido sin problemas en la vida de quienes se unen a sus filas.
Además de ello, el poder que la red creada por Zuckerberg tiene sobre sus usuarios fue evidente cuando se hicieron públicas las acciones de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés).
Poco después del escándalo, Facebook aceptó haber recibido alrededor de diez mil solicitudes de información de sus usuarios por parte del gobierno estadounidense.
Sin embargo, millones de usuarios ignoran los términos y condiciones que impone la red social, y los terabytes de información en los servidores de Facebook siguen creciendo.
En México ha servido a las autoridades para perseguir a activistas y personas que pueden resultar incómodas. Los gobiernos federal y estatales monitorean las redes sociales de las personas que consideran peligrosas para sus intereses. Los resultados de este acoso han llegado, incluso, al encarcelamiento de los sospechosos.
La red social que odia los pezones…
La censura en Facebook ha llegado a extremos ridículos, como el caso de 2012 en el que una mujer subió una foto de ella misma en una tina de baño. Por la postura, su codo se confundió con su pezón, o así lo definió el equipo de censores de la red social, que decidió borrar la imagen.
Lo mismo sucede con fotografías que a su parecer son ofensivas, aún si son de carácter artístico o informativo. Tal es el caso de los desnudos humanos, y de una campaña –lanzada como evento en Facebook– donde se convocaba a la población francesa a luchar contra la censura del sitio web justo a través de fotos de desnudos. El evento fue cancelado por los empleados de Zuckerberg, y algunos de los implicados en su creación y divulgación perdieron sus perfiles.
… pero tolera a los pedófilos
Mientras Facebook pierde tiempo censurando algunas banalidades, su plataforma sirve de herramienta a las redes de trata de personas y a los pedófilos, quienes han encontrado nuevas maneras de acercarse a los menores de edad mediante la tecnología.
En gran medida, estos problemas se generan desde que cualquier persona puede tener una cuenta de Facebook, sin importar su edad. La edad mínima requerida para navegar en esta red es de 13 años, sin embargo, no hay un filtro que impida que niños aún más pequeños creen su perfil. Aunado a ello, en muchos países aún existe poco interés de los padres en participar con sus hijos mientras éstos utilizan el internet.
Lo anterior abre numerosas puertas que vulneran la tranquilidad de los niños y adolescentes. Los casos de captación de niños hasta prostitución de adolescentes son comunes en el historial de Facebook.
¿Tiempo de vida?
Muchos han vaticinado el fin de la mina de oro de Mark Zuckerberg. Sin embargo, nadie puede negar que rindió mucho más de lo esperado en esta década de vida.
Mientras aparece algo nuevo que robe la atención del internauta, el único enemigo real de Facebook parece ser él mismo que, entre sus leoninas políticas de privacidad y lo rutinario que se convierte para los propios usuarios, necesita renovarse para no arriesgar la preferencia de sus seguidores.
Por ahora, no deja de crecer, incluso si a veces sólo sirve como una especie de agenda telefónica interactiva, una idea tan básica como la que le dio vida al proyecto.