Santiago Eguía / @santieguia
(03 de junio de 2014).- Roland Garros fue un piloto francés y fue el primero en cruzar el mar Mediterráneo en un avión. Esta travesía la hizo el 23 de septiembre de 1913 a bordo del aeroplano Morane-Saulnier en un tiempo de cinco horas con 53 minutos. Al aterrizar en Bizerta, el piloto nacido el 6 de ocubre de 1888, aterrizó con tan sólo cinco litros de gasolina restantes.
A pesar de ese logro y de haber obtenido cuatro victorias como piloto militar en la Primera Guerra Mundial, a Roland Garros, en el mundo deportivo, no se le relaciona con lo que hizo en los aires sino con lo que se dedicó de manera amateur: el tenis.
Hoy en día el segundo Grand Slam del año lleva su nombre y también lo lleva la cancha principal del torneo construida en 1928. Este estadio ha sido testigo de muchos torneos del deporte blanco, sólo dejo de recibir a tenistas durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fungió como Campo de Concentración.
Y fue precisamente en ese estadio, donde Roger Federer se despidió del Abierto de Francia en octavos de final por segunda vez en los últimos 42 Grand Slams disputados. El suizo cayó ante el letón Ernests Gulbis en parciales de 6-7(5), 7-6(3), 6-2, 4-6, 6-3.
Con esta derrota, el tenista de 33 años de edad, no pudo convertirse en el primer jugador que lograba jugar de forma consecutiva los cuartos de final en diez ediciones diferentes de tres de los Grand Slams: Australia, Francia y Londres. Al finalizar el partido el número cuatro del mundo declaró: “Lo hecho, hecho está, no siempre puedes explicar el motivo de la derrota”.
Fue así como Roger Federer se despidió del Grand Slam de arcilla que lleva el nombre del ex piloto francés Roland Garros. A pesar de que aun le quedan muchos sets a esta competencia, Federer ya piensa en Wimbledon: “Mentalmente ya cambié el switch al pasto. Estoy ansioso de volver a Wimbledon y siento que aun puedo ganar. Es bonito regresar a un lugar donde tienes un título que defender”.
Foto: The Telegraph