Por: Enrique Legorreta
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Glenn Shepard, un antropólogo del Museo Goeldi de Belém, señaló que los grupos más aislados en la selva amazónica de Brasil viven a lo largo de las zonas fronterizas entre Brasil, Colombia, Perú, y Bolivia.
Shepard ha trabajado con diferentes tribus indígenas y señala que más grupos aislados decidieron quedarse así para escapar de la masacre de la fiebre del caucho en el Amazonas, práctica que personas interesadas en las riquezas naturales de la selva utilizan para obtener minerales, árboles raros o plantas poco comunes.
Las autoridades brasileñas llevaron a cabo la creación de la Fundación Indígena Nacional (FUNAI), cuyo objetivo es atraer y contactarse con indígenas para integrarlos a la sociedad.
FUNAI controla el territorio de tribus aisladas para apartarlas de cualquier intromisión, sus estudios señalan que hay 32 tribus indígenas aisladas y otras aún siguen bajo estudio. Dentro de esta información ya se cuenta con datos de cada grupo, sus territorios son monitoreados continuamente y se los mantiene sin ser interrumpidos.
A pesar de ello, este mecanismo podría traer consecuencias peligrosas para estas comunidades ya que exponer a sus miembros a la contaminación de enfermedades infecciosas, como muchos encuentros trágicos, resultan en alta mortalidad de miembros de las tribus como se ha demostrado en el pasado, destaca el reporte del antropólogo Glenn Shepard.
Al final, el estudio publicado reporta que lo que quieren estas tribus es estar en completa soledad, sin que se les moleste, aunque los acercamientos de las autoridades del gobierno brasileño hacen un esfuerzo para que estos pueblos indígenas no sean acabados por las distintas empresas que llevan a cabo la práctica de la deforestación y la tala de los árboles en esa zona del amazonas dejan que ellos aún estén en la zona, pero con ese riesgo latente.