(16 de enero, 2019. Revolución TRESPUNTOCERO).- La Masacre de Acteal llevada a cabo el 22 de diciembre de 1997, en el municipio de Chenalhó, cometida por el grupo paramilitar de la región, es una herida en nuestra historia, aseguró el Centro de Derechos Humanos Frayba.
“Esta masacre fue anunciada por la violencia generalizada que existía en los territorios indígenas de Chiapas, como resultado de la estrategia contrainsurgente, misma que tiene sus repercusiones en los desplazamientos forzados recientes, en la Colonia Río Jordan, Chenalhó, y en los municipios de Chalchihuitán y Aldama.
“La Masacre de Acteal fue consecuencia de la guerra contra los pueblos que se implementó a través del Plan de Campaña Chiapas 94’, de ahí la ocupación militar y paramilitar en las comunidades donde se generaron ejecuciones extrajudiciales, desapariciones y desplazamientos forzados, entre otras graves violaciones a los derechos humanos, estas se cometieron de forma selectiva en las zonas Altos, Norte y Selva del estado de Chiapas. El objetivo era acabar con los indígenas en resistencia, específicamente en contra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, quienes se han levantado para existir en esta larga noche donde persisten los pueblos originarios”.
A veintidós años de perpetrada la Masacre en Acteal, catorce años de haberse presentada la petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a ocho años de su admisibilidad, las víctimas y sobrevivientes siguen denunciado al gobierno mexicano como el responsable de este Crimen de Estado y por esta inconmensurable impunidad.
Los ataques a la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal (Las Abejas de Acteal) no han parado, han sido dirigidos para destruir su proyecto político autonómico y de paz. La estrategia del gobierno ésta encaminada a la cooptación política de las víctimas, utilizada para fortalecer su teoría discriminatoria respecto al origen de la Masacre de Acteal, para tergiversar la verdad, señala la información obtenida por Revolución TRESPUNTOCERO.
La masacre dejó como saldo 45 mujeres y hombres asesinados y cuatro bebés que fueron violentamente sacados del vientre de sus madres.
“Este lugar era un campamento civil en el que se encontraban viviendo decenas de integrantes de nuestra Organización Las Abejas de Acteal, que habían huido de sus comunidades por la violencia implementada por el Estado mexicano en su guerra contrainsurgente, a través del Plan de Campaña Chiapas ’94, durante el mandato presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León.
“Este plan fue planeado desde la Presidencia de la República y la Secretaría de la Defensa Nacional para acabar con nuestros hermanos zapatistas y otras organizaciones y comunidades que denunciaban las políticas corruptas y de despojo de los malos gobiernos. La masacre cometida aquí en Acteal, no la hemos denunciado ni una, ni dos o tres veces; llevamos 22 años denunciando públicamente y sin descanso, que estuvo planeada por el gobierno. No existe duda, es un Crimen de Estado”.
Además, los sobrevivientes señalan que, los gobiernos priístas y panistas han encubierto este crimen, protegiendo a los autores materiales e intelectuales, tratando de ocultar la verdad. Hasta hoy, estos gobiernos criminales no han aceptado su responsabilidad en la planeación, gestión y encubrimiento de su plan y, por ello, continúan con la violencia.
Además, se agrega que, “lo que sí han hecho en estos 22 años es alimentar la impunidad y crear estrategias de desgaste en el tejido comunitario. La división de los sobrevivientes de la Masacre de Acteal fue su objetivo para no investigar de manera seria a los responsables. El Estado mexicano pretende así, dejar en el olvido su crimen.
“Sin embargo, no podrán matar nuestra memoria y tampoco nos cansaremos de decir que la mal llamada Suprema Corte de Justicia de la Nación profundizó la impunidad, al liberar a los paramilitares presos y no dar a conocer la verdad, a pesar de que varios de ellos habían confesado haber participado en la Masacre. Si una de las ministras que votaron a favor de la liberación de los paramilitares es la actual Secretaria de Gobernación de Andrés Manuel López Obrador, Olga Sánchez Cordero, y ¿qué podemos esperar de la administración actual?”, cuestionan los sobrevivientes de la masacre y familiares de víctimas.