A dos años de las elecciones generales, Guatemala vive una anticipación inédita: más de 50 proyectos políticos en marcha y al menos 40 posibles aspirantes presidenciales perfilan el proceso de 2027 como el más fragmentado de la historia democrática reciente.
Entre los nombres más sonados destaca Carlos Pineda, empresario que transformó su exclusión de 2023 en plataforma con el partido Servir, y que hoy lidera estructuras de base con más de 31 mil afiliados. Roberto Arzú, heredero de la dinastía política Arzú, busca capitalizar su apellido con propuestas de corte populista y vínculos históricos con sectores empresariales.
Del lado de la oposición histórica, Sandra Torres mantiene la bandera de la UNE, con la mira puesta en su cuarta candidatura presidencial, mientras que Ernesto “Neto” Bran, actual alcalde de Mixco, intenta dar el salto al escenario nacional con el Partido Popular Guatemalteco.
En el oficialismo, tras la crisis del Movimiento Semilla, se barajan figuras como Jonathan Menkos, ministro de Finanzas; Francisco Jiménez, ministro de Gobernación; y Carlos Martínez, canciller, quienes podrían intentar mantener la continuidad de la agenda de Bernardo Arévalo.
Otros proyectos emergentes incluyen a Mauricio Radford, con Fuerza por Guatemala; Anthony Segura Franco, con el partido Jaguar; y Delia Bac, exdiputada que lidera el Partido Verde Guatemalteco.
Ernesto “Neto” Bran, actual alcalde de Mixco, se proyecta como uno de los candidatos más mediáticos rumbo a 2027. Con 44 años y tres periodos municipales consecutivos, ha construido una imagen de cercanía con la población a través de un estilo irreverente y altamente visible en redes sociales.
En medio de esta dispersión, también surgen actores no tradicionales. Uno de ellos es Nery Rodas, figura que ha ganado notoriedad en espacios ciudadanos y empresariales gracias a su discurso pragmático y su llamado a la renovación política. Aunque no ha oficializado intenciones presidenciales, su perfil comienza a ser considerado dentro de la nueva generación de liderazgos.
Con este abanico de más de 10 aspirantes en movimiento, las elecciones de 2027 parecen encaminarse a una segunda vuelta inevitable, con la posibilidad de sorpresas similares a las de 2023, cuando un outsider como Bernardo Arévalo rompió todas las proyecciones.


