Hablar del bien y del mal a partir del pensamiento judeocristiano no solo nos convierte en ciegos, sino que optamos por dejar que otros nos dicten lo que solo ellos ven.
Aunque el bien y el mal sean un constructo social, no son lo mismo para las diversas sociedades y culturas que habitan la tierra, lo que sí podemos saber con certeza es que estipular estos dos conceptos como únicos —sin todas sus variantes existentes entre ellos como suelen hacer todas las religiones existentes—, solo nos ha traído desventura, frenos y muchas muertes a lo largo de nuestra existencia como especie.
La guerra ha sido una de las herramientas más utilizada para imponer este pensamiento maniqueo, las cruzadas, la invasión a América, las guerras napoleónicas, Vietnam, la guerra de Corea, la guerra de las Malvinas, la invasión a Panamá, Kuwait, Irak, Afganistán, Kosovo, Gaza entre otras y todas estas si se percatan solo han sido generadas para imponer y para controlar.
La última guerra romántica de Europa, la cual si contiene en sus entrañas la búsqueda de derechos, el bien común y libertades fue la guerra civil española.
Yemen, Siria, Palestina, Etiopía, Afganistán y Somalia son algunas de las guerras que se libran en 2022 pero es en la de Ucrania donde están concentradas todas las miradas ya que el neolimediatismo fue echado a andar como parte de la estrategia bélica.
Ucrania es el segundo país europeo más grande en área después de Rusia. Limita con Moldava, Rumania, Hungría, Eslovaquia, Polonia, Bielorrusia, Rusia y el Mar Negro en Europa del Este.
El nacimiento de Rusia y Ucrania se sitúa hace 1.200 años en la Rus de Kiev. Esta federación de tribus eslavas dominó el noreste de Europa durante la Edad Media y tenía su epicentro en la capital ucraniana.
Para el nacionalismo ruso supuso el comienzo de su historia. Moscú cree que todos los eslavos orientales comparten una única cultura basada en el cristianismo ortodoxo, las raíces eslavas y el idioma ruso. Ucrania y Bielorrusia estarían incluidas en esa cultura, con los nombres tradicionales de ‘Rusia Pequeña’ y ‘Rusia Blanca’, respectivamente. Rusia y Ucrania fueron miembros de la Unión Soviética hasta la independencia y disolución, en 1991.
En 2004, la revolución naranja —las protestas que llevaron a una repetición electoral en Ucrania en el invierno de aquel año— puso de manifiesto las injerencias occidentales y rusas en los asuntos internos del país.
Los países hegemónicos occidentales apoyaron económicamente a líderes de la oposición como VíktorYúschenko y Yulia Timoshenko durante los años previos a la revolución.
Los rusos estuvieron detrásdel envenenamiento a Yúschenko,candidato presidencial, mismo que se impuso en las elecciones al ser repetidas por exigencia del pueblo, y durante su mandato impulsó una política exterior de acercamiento a Occidente sin descuidar del todo las relaciones con Moscú.
La OTAN, Organización del Tratado del Atlántico Norte, para darle su nombre completo, es una alianza de defensa europea y norteamericana “no agresiva” creada para promover la paz y la estabilidad salvaguardando la seguridad de sus miembros.
La organización, que tiene su sede en Bruselas, Bélgica, se creó a medida que se intensificó la Guerra Fría. Su objetivo era proteger a los países de Europa Occidental de la amenaza que suponía la Unión Soviética y contrarrestar la expansión del comunismo tras la Segunda Guerra Mundial.
En abril de 1949, sus 12 fundadores: Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia y otras ocho naciones europeas, firmaron el Tratado del Atlántico Norte, comprometiéndose a protegerse mutuamente por medios políticos y militares.
La OTAN depende de la aportación de fuerzas de sus países miembros, lo que significa que es esencialmente tan fuerte como las fuerzas individuales de cada nación. Es de interés de toda la coalición asegurarse de que cada país dedica suficientes recursos a su defensa.
A pesar de los grandes cambios geopolíticos que se produjeron desde la fundación de la OTAN, su objetivo sigue siendo el mismo. El principio clave en el que se basa la alianza es el de la defensa colectiva: “Un ataque armado contra uno o varios de ellos en Europa o América del Norte se considerará un ataque contra todos ellos”.
El principio de defensa colectiva se recoge en el artículo 5° del Tratado del Atlántico Norte. Garantiza que los recursos de toda la alianza pueden utilizarse para proteger a cualquier nación miembro. Esto es crucial para muchos de los países más pequeños, que estarían indefensos sin sus aliados. Islandia, por ejemplo, no cuenta con un ejército permanente.
Aquí no está de más mencionar que Estados Unidos proporciona casi el 70% del presupuesto a la OTAN, lo que deja claro quién es el verdadero dueño de esta organización.
La primera y única vez que se invocó el artículo 5 fue tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos; como consecuencia, los aliados de la OTAN se unieron a la invasión de Afganistán. Sin embargo, la OTAN también ha actuado en otras ocasiones.
Puso en marcha medidas de defensa colectiva en 1991 cuando desplegó misiles Patriot durante la Guerra del Golfo, en 2003 durante la crisis de Iraq y en 2012 en respuesta a la situación en Siria, también con misiles Patriot.
Tras la caída de la Unión Soviética, la OTAN evolucionó y se amplió, desde entonces sus miembros han servido como fuerzas de paz en Bosnia, han luchado contra el tráfico de personas y se han desplegado para interceptar a los refugiados en el Mediterráneo.
La Alianza también está respondiendo a las nuevas formas en que pueden desarrollarse los conflictos, por ejemplo creando un centro de ciberdefensa en Estonia.
El presidente Putin ve a Ucrania como parte histórica de Rusia. En 2014, Rusia invadió la península de Crimea, en el sur de Ucrania, y continúa ocupándola.
Desde 2014, los separatistas respaldados por Rusia y las fuerzas armadas de Ucrania han estado librando una guerra en las regiones orientales de Donetsk y Luhansk en la que han muerto más de 14.000 personas.
El presidente Putin reconoció a las dos regiones controladas por los separatistas respaldados por Rusia como Estados independientes y ordenó el envío de tropas rusas, rompiendo un acuerdo de paz alcanzado en 2014.
2021 La OTAN pide acelerar el proceso de adhesión de Ucrania.
Europa impone multas a Rusia
Enero. Reunión en Ginebra.
Rusia comienza a trasladar tropas a sus fronteras con Ucrania y a la península de Crimea. El 13 de abril, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, define el despliegue como “la mayor acumulación de tropas rusas desde la anexión de Crimea”.
La postura de Moscú respecto a Ucrania también esconde intereses geopolíticos. La idea de que existan bases de la OTAN en el corazón de la cultura rusa es una línea roja para Putin. Después de que las repúblicas bálticas —Lituania, Letonia y Estonia— pasaran de la Unión Soviética a la órbita europea, una hipotética adhesión de Ucrania al bloque occidental dañaría la posición de Rusia en la zona y colocaría a Estados Unidos a las puertas de su frontera occidental. En ese sentido, una Ucrania hostil podría amenazar la supervivencia de Rusia.
23 de agosto de 2021
46 Estados y organizaciones, entre ellas la OTAN, firman en Kiev la Plataforma de Crimea, en la que Occidente exige a Rusia la devolución de la península a Ucrania.
Estados Unidos cree que Moscú prepara una invasión de Ucrania “a principios de 2022′′, de acuerdo con The Washington Post.
Según EE UU, el despliegue de Rusia en las fronteras con ese país puede llegar a 175.000 soldados.
16 de diciembre de 2021
La UE amenaza a Rusia con sansiones si invade Ucrania.
11 y 12 de enero de 2022
Una reunión entre Washington y Moscú —el 11 de enero en Ginebra (Suiza)— y otra celebrada al día siguiente entre la OTAN y Rusia concluyen sin avances. Moscú informa del inicio de unas maniobras militares en el sur de Rusia, el Cáucaso y Crimea.
18 de enero de 2022
Rusia envía tropas a Bielorrusia para unas maniobras conjuntas cerca de las fronteras ucranias. Entretanto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, inicia una nueva ronda de reuniones que culminarán el viernes con un encuentro con el ministro de Exteriores ruso, SerguéiLavrov.
24 de enero de 2022
El Departamento de Estado de Estados Unidos ordena a los familiares de los diplomáticos de su Embajada en Kiev que abandonen el país, ante la amenaza de una invasión de Rusia.
También autoriza a los trabajadores no esenciales a salir, y pide al resto de sus conciudadanos que consideren “la oportunidad de salir de Ucrania empleando vuelos comerciales u otros medios privados”, dado que la embajada no estará en condiciones de prestarles ayuda en caso de un ataque.
27 de enero de 2022
China se alinea con Rusia sobre Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, rompe el silencio administrativo de su país en torno a la amenaza de Rusia sobre Ucrania. Y lo hace para dejar claro que las simpatías de Pekín están con Moscú.
En una conversación telefónica con el secretario de Estado estadounidense, Wang asegura que “las preocupaciones de seguridad de Rusia deben tenerse en cuenta y recibir una solución”.
Esos días Rusia escenifica un notable acercamiento con Cuba, su antiguo aliado, y lo hace en un ambiente de tensión internacional creciente.
28 de enero de 2022
Para evitar que la dependencia energética europea de Rusia y las sombrías perspectivas de falta de
suministro añadan más tensión a la crisis ucrania, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, realizan un comunicado conjunto en el que exhiben unidad para enviar un mensaje de sosiego: no habrá desabastecimiento.
29 de enero de 2022
Joe Biden afirma que planea desplegar tropas en el este de Europa y países de la OTAN “a corto plazo”, si bien no será un gran número. El Pentágono cifra los efectivos en 8.500 soldados, que se encuentran en “alerta máxima” para desplazarse en caso de necesidad, a raíz de la crisis de Ucrania. “Enviaré tropas al este de Europa y los países de la OTAN a corto plazo. No demasiadas”, asegura el presidente estadounidense.
3 de febrero de 2022
Estados Unidos y la OTAN rechazan firmar un tratado bilateral sobre seguridad en Europa con Rusia y también cerrar la puerta a una futura incorporación de Ucrania a la Alianza Atlántica. Esas eran dos de las principales exigencias planteadas por Moscú para poner fin a la crisis de Ucrania.
En cambio, tanto Washington como la Alianza ofrecen a Putin negociar acuerdos de desarme y medidas de confianza en diferentes foros.
17 de febrero de 2022
El Gobierno ucranio y los separatistas prorrusos respaldados por Moscú intercambian acusaciones de ataques a lo largo de la línea del frente en la región de Donbás.
Así, proyectiles de artillería alcanzaron una guardería en la ciudad de Stanytsia Luganska, en la parte de la región de Lugansk controlada por el Gobierno de Kiev. Hirieron a tres civiles, según el Ejército ucraniano, que informó de otros 47 ataques en una veintena de puntos a lo largo de la zona de conflicto y en los que dos personas más sufrieron lesiones.
18 de febrero de 2022
Los servicios de inteligencia de Estados Unidos informaron de que el Kremlin ya había ordenado proceder a la invasión de Ucrania.
21 de febrero de 2022
Putin firma el reconocimiento de las regiones prorrusasucranias de Donetsk y Lugansk y ordena el envío de tropas rusas a la zona. La reacción de Occidente no se hace esperar.
La UE condena en bloque el movimiento y anuncia la puesta en marcha el mecanismo para activar contundentes sanciones a Rusia. EE UU realiza un movimiento similar. El anuncio de Putin recrudece el conflicto en Ucrania y eleva la tensión con Occidente, que ya estaba en un punto álgido.
24 de febrero
Pocos minutos antes de las seis de la mañana del jueves 24 de febrero, el presidente ruso anuncia una “operación militar especial” en Donbás.
Solo unos minutos después del discurso del jefe del Kremlin, emitido en todos los canales estatales rusos, se registraron fuertes explosiones en varios puntos del este de Ucrania, desde Sloviansk y Kramatorsk a Járkov, a 30 kilómetros de la frontera rusa; incluso en Kiev, la capital. Rusia inicia su ataque contra Ucrania.
Moscú defiende que es una operación para “desmilitarizar” el país vecino, pero no pretende la ocupación.
De aquí en adelante es lo que estamos sobreviviendo entre mentiras de los dos lados, con un bombardeo mediático sin precedentes donde las dos partes en guerra tratan de ganar las dos batallas que van a la par, la del discurso y la física, donde la exigencia de las dos partes es que todos los demás países definan una posición para definir quién es el bueno y el malo, acto que lo único nos trae a todos lo más peligroso que puede haber en el pensamiento humano, el maniqueísmo.
Para poder alejarnos de esto es fundamental entender que Rusia no es comunista, es más, nunca lo fue, la Unión Soviética fue solamente una mala interpretación del comunismo; así como entender que Estados Unidos no es un libertador de la humanidad sino de los mercados para tener más poder económico.
Como también es importante entender que Rusia también es Neoliberal y con una estructura híper conservadora, cuestión que al igual que los gringos, por más que en el poder estén los “liberales”, son tan conservadores, imperialistas y expansionistas que los otros.
La guerra en Ucrania es una guerra geopolítica donde no hay ideología, donde hay dos bandos absolutamente vacíos de humanismo y donde todos tenemos la responsabilidad de gritar por la paz a partir del diálogo y la diplomacia, más armas y más balas nunca, en ningún escenario, se puede llegar traducir como la forma para alcanzar el fin de un conflicto, y menos en uno donde los dos lados son ultra conservadores.


