Llevo muchos años viviendo en Suiza y lo que más me gusta de aquí es la posibilidad de ir a cualquier rincón del país segura y con la capacidad de calcular mis tiempos de traslado casi con cronómetro.
La puntualidad de los trenes suizos es inmejorable, ¡ni los ingleses lo logran! Pero hay más en estos trenes que los hacen muy interesantes.
Los primeros trenes en Suiza fueron construidos con inversión privada en el siglo XIX. Hubo tanta especulación en ferrocarriles que muchas empresas terminaron por quebrar ya que llegaron al colmo de construir vías férreas paralelas compitiendo entre sí. La población ya estaba muy acostumbrada a este método de transporte, así que en 1898, tras una votación nacional, los suizos aceptaron la creación de una empresa ferroviaria estatal que ordenara la industria. Esta decisión del pueblo llevó a nacionalizar 13 grandes compañías privadas que eran dueñas de las vías de tren en todo el territorio.
Fue un proceso paulatino que comenzó en 1901 y terminó en 1948. Unos años más tarde, se eliminó la clase de lujo de ese entonces y las segunda y tercera clases fueron homologadas en una categoría para terminar como está hoy; con una primera clase para la gente que trabaja principalmente y una segunda clase para el resto de la población que no necesite servicios especiales como cero ruido, internet o como digo yo… “ser vistos en asientos de piel”. El horario cadenciado y perfectamente sincronizado entre las ciudades más importantes permite que las corridas sean memorizadas fácilmente y por tanto que los trenes tengan un mayor uso.
En cuanto a la administración, SBB-CFF-FFS (como se le conoce en los tres idiomas más importantes y oficiales de Suiza) esta no depende de alguna secretaría o ministerio. Desde 1999 es una empresa cuyas acciones pertenecen en su 100% a la Confederación Helvética, mejor conocida como Suiza. Se maneja como una empresa, con objetivos concretos que se revisan periódicamente. En el caso de pasajeros la meta es lograr cierta utilidad pero para el transporte de carga con cubrir costos es suficiente. Hoy día esta compañía estatal tiene acciones en las compañías de trenes francesa (26%) , italiana (50%) y alemana.
Los que vivimos aquí frecuentemente sentimos el golpe del alza en pasajes del tren pues, como todo en Suiza, sus precios son elevados. Por lo anterior muchas veces me he preguntado si no le gustaría a Suiza y sus suizos volver al esquema de varias compañías privadas para mejorar los precios bajo la premisa capitalista de que a mayor competencia mejor regulación de precios.
La inmensa mayoría, por no decir TODOS, contestan con un firme “Aber sicher nicht” ―claro que nó―.
Los suizos están muy orgullosos de tener su propia compañía de trenes pues entre otras cosas; habilitan que el correo nacional sea la maravilla en puntualidad que es, pues se transporta en su mayoría en tren y no tarda el correo local más de dos días en llegar, a cualquier destino nacional; entienden que dejarlo a la lógica del mercado en vez de abaratarlo, lo haría aún más caro, además obtienen importantes ingresos de sus trenes panorámicos de lujo frecuentados por turistas y ven este servicio como una salvaguarda soberana para su movilización y logística en caso de un conflicto bélico. Los insumos se seguirán transportando a todo el territorio si el tren sigue en manos del gobierno. De pasar a manos privadas, que podrían ser extranjeras, en caso de apuros económicos dejarían de cubrir las zonas menos rentables. Poner este elemento estratégico para la seguridad nacional en manos de intereses financieros, expuestos a los vaivenes geopolíticos, es un lujo que la próspera nación europea no se puede dar.
Todo esto me ha hecho pensar en el proyecto del Tren Maya, que si bien es cierto lo primero que uno piensa desde el extranjero es en el turismo y lo “cool” que va a ser viajar por la zona.. a la onda hippie… ¿Qué pasaría si logramos construir una red efectiva para la conectividad nacional? ¿Cuántas industrias se beneficiarían? ¿Cómo aseguraremos el abasto a la distribución de alimentos y personas en caso de un conflicto armado mundial? ¿Cuántos trabajos traería tener esta red ferroviaria para unir el norte con el sur y el este con el oeste de nuestro país? ¿Cuántos accidentes menos tendríamos en las carreteras por camiones de carga que siempre terminan siendo super aparatosos? ¿Cuántas toneladas de CO2 ahorradas provocando menos efecto invernadero? ¿Nos seguirá importando igual el famoso jaguar? Aquí entre nosotros… no lo creo tan estúpido como para no correr para el otro lado al escuchar la llegada del tren porque …. ningún tren pasa desapercibido.