- La intervención de Sheinbaum es una advertencia: el país no está en un momento neutro, sino ante una bifurcación clara entre repetir los vicios del pasado o avanzar hacia lo que llama una nueva etapa de vida pública
En su gira por Tepic, Nayarit, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, sostuvo que el país está ante un cruce decisivo: “solo hay de dos sopas: o volver a la corrupción del pasado o seguir adelante con la llamada Cuarta Transformación”.
Durante el acto en el que entregó escrituras y apoyos para la mejora de vivienda, la mandataria subrayó que su gobierno está comprometido con “servir al pueblo” y con devolver al pueblo lo que le pertenece. Entre las acciones mencionadas destacó la reducción de deudas del Infonavit, así como la eliminación de prácticas que calificó de abusivas y prolongadas en perjuicio de los trabajadores.
Sheinbaum relató que en los años anteriores muchos acreditados habían pagado por décadas y aún debían montos mayores al valor original de su vivienda: “¿Cómo se llama eso? Robar, no tiene otro nombre”, denunció, refiriéndose a esquemas en los que participaban desarrolladores vinculados con funcionarios de antaño.
La presidenta explicó que los intereses de esos créditos podían duplicar o triplicar el costo de las viviendas, lo que generó una carga impagable para quienes habían pagado durante 10, 12 o incluso más de 30 años.
Al asumir su mandato, dijo, se plantearon cambiar ese modelo: “se acabó”, afirmó, y se comprometieron a entregar la vivienda a quienes ya habían cubierto la mayor parte de su deuda. Afirmó que hay alrededor de cinco millones de derechohabientes del Infonavit cuyas deudas se están reduciendo.
Enfatizó que los recursos para los programas sociales actuales provienen del dinero que antes se desaprovechaba o se robaba:
“Si es un gobierno distinto… llegamos al gobierno para servir al pueblo”.
Con ello buscó diferenciar su administración de las anteriores, a las que acusó de favorecer a intereses privados y mantener a los trabajadores como deudores de por vida.
La intervención de Sheinbaum no sólo fue un llamado a continuar con la ruta de la transformación anunciada por el proyecto de gobierno que ella representa sino también una advertencia: el país no está en un momento neutro, sino ante una bifurcación clara entre repetir los vicios del pasado o avanzar hacia lo que llama una nueva etapa de vida pública.


