“Cada vez que el hombre y la mujer tratan de reconstruir el Arquetipo,
componen un ser monstruoso: la pareja”.
Juan José Arreola
(05 de febrero, 2014).- La costumbre, la tradición, el instinto, el amor… Es difícil saber de dónde surge la necesidad del ser humano por entenderse desde la interacción con el otro. En la construcción del colectivo (la pareja, la familia, los amigos), es normal intentar desafanarse del yo, dejarlo de lado por un tiempo, mientras se practica el difícil arte de la comunidad.
Soledad y Jakob lo saben. Son jóvenes pero entienden lo que significa vivir juntos, hacerse a las costumbres compartidas, buscar un escenario donde los futuros personales empaten con el futuro de la pareja. Ella es mexicana. Él es austriaco. Constantemente se recuerdan –para sí mismos y entre ellos– lo mucho que se aman.
Heimweh Estaciones, de Myriam Orva, narra la vida de una pareja desde la perspectiva de Soledad, la chica que se mudó a Austria para poder vivir con Jakob, de quien está profundamente enamorada. Conforme avanzan las estaciones del año, vemos cómo los mismos personajes van mudando, se adaptan, y hasta se aferran a que algunas cosas no cambien.
Dirigida por Isael Almanza, y con las actuaciones de Paulina Sabugal y Gonzalo Guzmán, la puesta de Heimweh Estaciones que se presenta en el Teatro La Capilla nos lleva a través de la vida de estos dos personajes que, inconscientemente, tratan de rescatar el yo que les ha robado la pareja. Es una búsqueda más orgánica que egoísta, a veces impulsada por sus deseos y características como arquetipos del hombre y la mujer.
Jakob habla constantemente en alemán. Con cada palabra pronunciada en ese otro idioma crece el mar que intenta separar estas dos islas que, por un tiempo, lograron estar juntas, en contra de cualquier teoría geográfica o física. Sin embargo, parece ser Soledad la única que se da cuenta de ello.
Orva ha aceptado en más de una ocasión que su texto es autobiográfico, y quizá por ello sea tan sincero. Además de esto, las situaciones, esas búsquedas que se dan entre pareja, son un elemento fácil de identificar para cualquier espectador.
En el fondo, las diferencias entre una persona y otra no nacen estrictamente de la nacionalidad o las costumbres, a veces ni siquiera del género, sino de las vivencias, de la manera en la que uno se construye y deja que el mundo lo vaya moldeando.
Para contribuir a la experiencia tanto de espectadores como del equipo creativo, este 8 de febrero habrá un desmontaje de la obra, donde se dialogará sobre lo visto en la puesta.
REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO, Teatro La Capilla y Distrito Teatral regalarán 3 pases dobles para esta próxima función. Revisa nuestras redes sociales para más detalles.
