(16 de octubre, 2014).- Acostumbrados a ver subir y bajar a los delincuentes, los habitantes de las colonias que rodean el Cerro de Las Parotas o el Cerro Gordo, al noreste de Iguala, no se sorprenden por el hallazgo de tantas fosas.
Una mujer cuya casa es paso obligado hacia el cerro, apunta: “nunca lo denunciamos. ¿A quién, a la Policía? Si era la que subía al cerro, quién sabe qué llevaban en la camioneta, pero no iban a vigilar, si hasta iban acompañados de otros vehículos particulares, de lujo”.
Elementos de la Policía Federal confirman los rumores. Parados afuera del cuartel de la Policía Municipal, explican que en esa zona domina la organización de los Guerreros Unidos.
Ese grupo criminal, relatan, elimina a sus rivales, a cualquiera que se oponga a sus actividades ilícitas.
“Las fosas son lo más sencillo para ellos, para desaparecer los cadáveres, y qué otro lugar más que ese cerro”, afirmó un agente.
La cotidianidad con que los pobladores padecen la violencia asusta. “”El cerro está repleto de muertos”, dijo una mujer en la Colonia Torres San Andrés, ahí se encontraron las primeras cinco fosas el pasado 4 de octubre. Su vecino reitera
“En toda esa loma han venido a aventar gente”.
Se trata de una carretera rural que cruza varias colonias, luego es imposible seguir en vehículo. El recorrido es de más de dos kilómetros. Ahí estaban las primeras fosas, más adelante, otras cuatro.
Por la distancia, pesos y cantidad de personas halladas, se deduce que las víctimas caminaron hasta el lugar donde serían enterrados. “Cargar a personas muertas hasta allá es imposible, a fuerza las víctimas que han traído hasta este cerro han tenido que caminar hasta su propia fosa”, explica un funcionario estatal.
Debajo de los cuerpos había cobijas y botellas vacías, de refresco, de agua, de cerveza. A su lado, restos de comida, platos de unicel. Quienes sepultaron a las víctimas pasaron la noche ahí. Comieron y bebieron mientras escondían su crimen en la oscuridad.
Un estudiante del Conalep de Iguala se hizo voluntario para localizar a los normalistas y lamenta: “Todo mundo busca y nadie encuentra, sólo fosas, pero con otros muertos, se va destapando la cloaca, la impunidad”.