(3 de septiembre, 2015); El presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CANACO), Gilberto Leyva, declaró en entrevista al semanario Zeta que los sectores ferretero, abarrotero y optometrista, han tenido una caída del 30% en sus ventas como resultado de un consumo interno deprimido y la devaluación de la moneda.
Agregó que las subastas del Banco de México no han bastado para detener la tendencia alcista del dólar que en mayo tenía una cotización de 13 pesos y, dos meses después, ronda los 17.50, la precepción oficial de que la inflación va a la baja se debe a que “mucho productor, comerciante está absorbiendo los incrementos que se han presentado por la paridad.”
Por otro lado, consideró que la campaña de verificación que anunció la titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), Lorena Martínez, bajo el argumento de que “el movimiento en la paridad cambiaria peso-dólar no es pretexto para subir los costos de los alimentos básicos”, no se podrá lograr, pues desde los 90 se pasó a el sistema de libre mercado por lo que el organismo está imposibilitado a fijar los precios de los productos.
Por otro lado, Érick Navarrete Aguilar, titular de la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, indicó que si bien, la variación en el precio del dólar no es excusa para subir costos del producto, la realidad es que los insumos con los que se produce son de importación y repercuten en el consumidor.
Al respecto, se debe considerar que el 90 por ciento del trigo que se consume en el país, proviene de Canadá, Estados Unidos y Argentina, por lo que la fluctuación en la moneda afecta los costos de producción.
Por su parte Carlos Leos Martínez, presidente de la Asociación de Centros Cambiarios de Tijuana, expresó a Zeta que son 3 los factores que estarán afectando la paridad: la baja en el precio del barril de petróleo, ya que se prevé una sobreoferta y los inventarios de crudo en Estados Unidos demuestran que tienen producto almacenado para varios años, por lo que la recuperación en 50 dólares por barril, no se verá en corto tiempo; en segundo término está la situación económica de China, la cual repercutirá en el fondeo y financiamiento del vecino país; y la tercera y no menos importante, es que el Gobierno Federal tendrá un boquete presupuestal de 400 mil millones de pesos en 2016, aunado a las predicciones permanentes a la baja en el crecimiento del PIB de México.