El dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Romero Herrera, confirmó que su partido rompe definitivamente con el PRI, pero deja abierta la puerta a una posible alianza con Movimiento Ciudadano (MC) rumbo a las elecciones de 2027.
El anuncio, más que marcar un nuevo rumbo ideológico, parece reflejar la crisis de identidad del PAN, un partido que intenta reinventarse después de su caída electoral y del descrédito de su “relanzamiento” en plena emergencia nacional por lluvias.
“No es un rebranding, es una autocrítica”
En entrevista con Azucena Uresti, Romero aseguró que el blanquiazul vive un proceso de “renovación profunda”, que va más allá de una simple estrategia de imagen:
“No es solo un rebranding… esto es de fondo y es en serio. En el PAN hicimos una autocrítica, y por eso dejaremos de hacer lo que nos fue comprimiendo. Queremos hacer lo contrario”, afirmó.
Sin embargo, su discurso, envuelto en frases abstractas sobre “autocrítica” y “nueva etapa”, deja más preguntas que certezas. La promesa de cambio llega sin propuesta concreta, mientras el partido acumula fugas, divisiones internas y un desgaste de liderazgo que ni el nuevo eslogan logra tapar.
Del conservadurismo tradicional a la “derecha social con mascotas”
Romero intentó redefinir la ideología panista bajo el concepto de una “nueva derecha social”, que —según él— busca ser incluyente y moderna.
“Cuando hablamos de familias, hablamos de todas las familias… En este país hay personas que ya consideran a sus mascotas como familia, entonces todos los tipos de familia son los que defenderemos”, declaró.
El planteamiento, que pretende sonar progresista, desató ironías en redes sociales y críticas dentro de su propio partido, donde sectores tradicionales vieron en sus palabras una renuncia a los valores históricos del PAN.
La confusión entre “inclusión” y “marketing político” parece ser la constante de un partido que busca audiencia más que identidad.
El PRI, descartado; MC, en la mira
En lo que consideró una muestra de independencia, el dirigente fue tajante:
“Sin el PRI es un hecho. No es una decisión cupular… nacimos para ser una oferta democrática propia”, señaló.
Pero al mismo tiempo, no descartó un acercamiento con Movimiento Ciudadano, el partido naranja. La supuesta “autonomía panista” termina convertida en una búsqueda desesperada de socios políticos, una especie de reciclaje de alianzas donde el pragmatismo electoral sustituye al proyecto ideológico.
El PAN rumbo a 2027: un discurso sin músculo
Romero cerró su entrevista con una meta ambiciosa: “mantener las gubernaturas que tenemos y ganar las que podamos”, asegurando que el PAN “va por las 17 de 17” entidades.
El problema, dicen analistas, es que su estrategia carece de narrativa clara: el discurso de renovación no convence a los votantes desencantados ni a la vieja guardia panista, que aún no digiere el desplome de 2024.
Entre la ruptura con el PRI y el coqueteo con MC, el PAN de Jorge Romero parece más preocupado por sobrevivir que por liderar. En su intento de “renacer”, el blanquiazul cambia de piel, pero no de esencia: marketing, contradicciones y un vacío de proyecto.