Por: Carlos Bauer
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Foto: cubadebate.cu
El pasado martes 19 de febrero, Julian Assange cumplió ocho meses de encontrarse refugiado en la embajada de la República de Ecuador en Londres. Fue también un martes, el 19 de junio de 2012, cuando el hacker, programador, periodista y ciberactivista australiano ingreso en dicha embajada para impedir que el gobierno británico lo extraditara a Suecia, donde una corte solicita su comparecencia por delitos de índole sexual.
¿Cómo pasó Assange de multipremiado defensor de los derechos humanos a refugiado político?
La persecución judicial que justo hoy cumple dos años y medio comenzó el 21 de agosto de 2010, cuando la fiscal sueca Maria Häljebo ordenó arrestar a Assange por una supuesta agresión sexual contra Anna Ardin, conocida activista política de derecha que lo había hospedado en su casa mientras se encontraba de visita en Estocolmo para impartir una serie de conferencias. Sin embargo, al enterarse por la propia Ardin de que las relaciones entre ella y Assange se habían dado bajo consentimiento mutuo, la misma fiscal desechó el caso. Assange incluso se presentó a declarar ante la policía y ésta no encontró motivo alguno para retenerlo.
El 1 de septiembre de 2010, la fiscal general de Suecia, Marianne Ny, decide reabrir el caso contra Assange, declarando que el delito sería clasificado como violación. Según sus propias declaraciones, anular las decisiones de otro fiscal “no es un procedimiento ordinario, pero tampoco está tan fuera de lo común”. El director de Wikileaks abandonó Suecia el 27 de septiembre de 2010, sin dar a conocer su paradero.
El 18 de octubre del mismo año, Suecia le revoca el permiso de residencia, sin explicar su decisión. Un mes después, el 20 de noviembre, Suecia emite a través de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) una alerta roja de búsqueda y captura de Julian Assange, bajo los cargos de violación, abusos sexuales y coacción. Esta fecha es muy significativa, pues según declaraciones de Assange –rechazadas por el Departamento de Estado estadounidense–, en esos días Wikileaks se encontraba negociando con el gobierno de Estados Unidos la publicación de lo que sería conocido como el Cablegate, la mayor filtración de documentos diplomáticos de la historia. La publicación finalmente se haría el 28 de noviembre, Estados Unidos negaría la existencia de cualquier negociación previa, mientras Assange declaraba que en dichas negociaciones Wikileaks se comprometió a retirar una serie de documentos que pondrían en peligro las vidas de agentes estadounidenses.
El 7 de diciembre de 2010 Assange se presentó voluntariamente ante la policía londinense para testificar sobre los cargos que la fiscalía sueca le imputaba. Fue detenido al instante, aunque pudo salir bajo fianza a cambio de permanecer en arresto domiciliario. Entonces comenzaría una larga y desgastante –y costosa– batalla legal que concluiría el 14 de junio de 2012, cuando la Corte Suprema británica rechazó de forma definitiva la apelación de Julian Assange contra el pedido sueco de extradición, declarándola “carente de sustento”.
Cinco días después Assange apareció en la embajada ecuatoriana, con lo que inició su etapa como refugiado político. El mismo día la cancillería ecuatoriana emitió un comunicado dando a conocer a situación y notificando a las autoridades británicas de que el ciudadano australiano Julian Paul Assange había solicitado asilo político a la República de Ecuador con el argumento de que su extradición a Suecia sería un mero trámite para posteriormente enviarlo a Estados Unidos, donde se le procesaría bajo la figura de “combatiente enemigo”. Cabe recordar que bajo la actual legislación estadounidense, cuando una persona es clasificada en esa figura jurídica puede ser encarcelada indefinidamente sin que se le presenten cargos.
La postura del gobierno de Ecuador fue desde un principio de extrema mesura. En su primer comunicado, la cancillería expresó que “El gobierno de Ecuador evalúa el planteamiento y cualquier decisión que adopte tendrá en cuenta el respeto a las normas y principios del derecho internacional, así como la tradicional política de Ecuador de precautelar los derechos humanos”. Una y otra vez el gobierno de Ecuador pospuso la decisión de otorgar a Assange el asilo político. El anuncio de la decisión favorable al fundador de Wikileaks se produjo finalmente el jueves 16 de agosto de 2012, una vez clausurados los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Ese jueves, el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, declaró que “la Constitución de Ecuador reconoce la garantía al asilo como un derecho humano que consta también en la Carta de Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Convenio de Ginebra sobre protección debida a las personas en tiempos de guerra, entre otros documentos de derecho internacional” y dio a conocer las 11 razones por las que el Estado de Ecuador concedía el asilo político al director de Wikileaks. Un día después, Rafael Correa, presidente de Ecuador, declaró que el factor fundamental en su decisión fue que “Suecia nunca dio garantías de que Assange no será extraditado a un tercer país”.
En contraste con la actitud mesurada y conciliadora de Ecuador, Gran Bretaña no dejó de hacer gala de arrogancia imperial. Desconociendo el derecho internacional, el secretario británico de Asuntos Exteriores, William Hague, declaró que para ellos el asilo político concedido por Ecuador no cambiaba en nada la situación jurídica del australiano: “No vamos a permitir que el señor Assange salga del Reino Unido, tampoco hay ninguna base legal para que lo hagamos. El Reino Unido no reconoce el principio de asilo diplomático”. Incluso hizo saber que el gobierno británico estaba dispuesto a asaltar la sede diplomática de Ecuador para realizar el arresto de Julian Assange y ponerlo a disposición de la fiscalía sueca.
Así se cumplen ya ocho meses de impasse diplomático y jurídico, con Reino Unido negando categóricamente el salvoconducto para la salida de Assange a Ecuador y este país declarando que el periodista puede permanecer indefinidamente en la embajada. Recientemente se abrió un nuevo escenario con la postulación de Assange al senado australiano, aunque de resultar exitosa esta estrategia para obtener la inmunidad diplomática tendría efecto apenas en julio de 2014. Es decir, el hombre que dio a conocer al mundo cientos de miles de documentos clasificados en los cuales se muestran las prácticas ilegales de las grandes potencias, tendrá que permanecer al menos otro año y medio en un limbo jurídico y un virtual arresto domiciliario.
