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Julian Assange cumple ocho meses refugiado en la embajada de Ecuador / Parte III

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Por: Carlos Bauer

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En la primera entrega de esta investigación revisé la persecución judicial contra Julian Assange desde el 21 de agosto de 2010, cuando la fiscalía sueca emitió la primera y efímera orden de aprehensión, hasta el 16 de agosto de 2012, cuando la República de Ecuador le concedió el asilo político y le garantizó la permanencia indefinida en su sede diplomática en Londres. La segunda parte se enfocó en el análisis de los cargos por los que la fiscalía sueca emitió una orden internacional de persecución y arresto contra Assange.

Como mostré en dichas notas, la concesión del asilo político al fundador de Wikileaks y la intransigencia de todas las partes a ceder sus posiciones actuales llevaron a un impasse político, jurídico y diplomático que se ha mantenido ya por ocho meses.

¿Cuáles son las posibles salidas a la situación actual de Julian Assange?

1. El gobierno británico asalta la embajada de Ecuador en Londres

Un día antes de que el gobierno de Ecuador anunciara su decisión de conceder el asilo político a Julian Assange, el presidente del país sudamericano denunció haber recibido una amenaza escrita de William Hague, ministro británico de Relaciones Exteriores. En ésta, denunció Correa, el ministro británico le hacía saber que su gobierno contemplaba la posibilidad de asaltar la embajada ecuatoriana en Londres para arrestar a Assange.

Según una ley británica de 1987, el gobierno de este país tiene la potestad de revocar el estatus de inmunidad a las legaciones diplomáticas extranjeras, por lo que las autoridades británicas podrían invocar dicha ley –que hasta ahora nunca ha sido aplicada– para ingresar en el recinto de la embajada de Ecuador. Sin embargo, ello implicaría una violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, signada por Gran Bretaña, y la cual, según el derecho internacional, tiene preeminencia sobre cualquier legislación nacional.

2. El gobierno británico otorga un salvoconducto para la salida de Assange hacia Ecuador

Esta posibilidad –que sería la conducente de acuerdo al derecho internacional una vez Ecuador otorgó el asilo político a Assange– ha sido categóricamente rechazada por el gobierno británico en todo momento, alegando que se encuentra legalmente obligado a extraditar a Julian Assange a Suecia. Los críticos de la posición británica recuerdan el caso de Augusto Pinochet, cuya extradición a España para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad fue solicitada por el juez Baltasar Garzón y autorizada por un tribunal británico. En aquel caso el gobierno británico decidió en el último momento violar la extradición ya pactada y expulsar a Pinochet del país, con lo que el ex dictador volvió a Chile, donde gozaba de inmunidad vitalicia. Quienes critican el doble rasero de Gran Bretaña en materia de extradición señalan lo paradójico del caso: gracia para un acusado de genocidio e inflexibilidad para quien enfrenta el cargo de sostener relaciones sexuales sin condón.

3. Julian Assange decide entregarse

Esta salida es la que exige el gobierno británico, aunque ni Assange ni el gobierno de Ecuador la aceptan. Responde a la lógica de que Assange se viera tan agotado física y emocionalmente por su prolongado encierro en la sede diplomática de Ecuador que cayera en la desesperación y decidiera entregarse a las autoridades británicas para romper el impasse. Sin embargo, esta salida se antoja difícil, pues la argumentación de Assange para haber solicitado el asilo político a Ecuador es que su extradición a Suecia sería sólo un paso previo para su posterior envío a Estados Unidos, donde se le acusaría mediante la Ley Antiterrorista, despojándolo de toda protección jurídica –tal como sucede con los prisioneros de Estados Unidos en Guantánamo.

Si Assange está convencido de que tales son las intenciones de la fiscalía sueca al solicitar su extradición, seguramente preferirá pasar el resto de su vida en la habitación que la embajada ecuatoriana le ha asignado antes que en una celda de aislamiento en Guantánamo.

4. Ecuador otorga la nacionalidad y estatus diplomático a Julian Assange 

Esta posibilidad es meramente especulativa, pues ninguna de las partes la ha manejado. Si Ecuador decidiera otorgar la nacionalidad, lo que se puede hacer de manera expedita mediante un decreto presidencial, y le diera un nombramiento diplomático a Assange, éste adquiriría inmunidad jurídica de acuerdo al derecho internacional y podría viajar a Ecuador sin necesidad del salvoconducto que el gobierno británico le niega. Por supuesto, un procedimiento semejante plantea dificultades legales, además de que no existiría la certeza de que Gran Bretaña respetara la inmunidad diplomática de Assange: si ha declarado estar dispuesto a violar la embajada de Ecuador, nada asegura que el gobierno británico no violara el derecho internacional en este escenario.

5. Julian Assange logra ganar un escaño en el senado australiano y obtiene inmunidad diplomática

Esta última posibilidad también apuesta a la inmunidad diplomática de Assange, pero a diferencia de la anterior sí ha sido planteada oficialmente y ya se están dando pasos para su consecución.

La legislación electoral australiana permite que sus ciudadanos residentes en el extranjero compitan para cargos de elección popular, y en esta disposición los partidarios del fundador de Wikileaks han encontrado una nueva rendija de oportunidad para romper el cerco jurídico. La idea es simple en el plano teórico: los partidarios de Assange ya lo inscribieron en el censo electoral para que pueda presentar su candidatura al senado y comenzaron la formación del Partido Wikileaks, bajo cuyas siglas competiría. Assange tendría que ganar las elecciones el 14 de septiembre de este año, jurar el cargo desde la embajada ecuatoriana –lo cual también es posible bajo las leyes australianas– y volver a Australia en menos de dos meses tras la juramentación.

Tan pronto jurara el cargo, adquiriría inmunidad diplomática y su arresto provocaría un conflicto entre Gran Bretaña y Australia, aunque el propio Assange ha denunciado en múltiples ocasiones el nulo apoyo que su país le ha otorgado desde el inicio de la persecución política y jurídica en su contra. Consciente de ello, admite que su apuesta es más por la presión internacional que por las medidas que Australia pudiera tomar para protegerlo.

Como mencioné en la primera parte de esta investigación, incluso si la estrategia resultara exitosa Assange deberá permanecer recluido en la embajada de Ecuador al menos otro año y medio, hasta que el 1 de julio de 2014 pudiera jurar el cargo.

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