El gobierno federal bloqueó la entrada de México de mil toneladas de herbicida con químicos cancerígenos de Bayer-Monsanto, aunado a que el pasado 1 de octubre canceló 80 registros sanitarios elaborados a base de siete ingredientes activos.
En ese momento fueron cancelados 19 registros de Bayer, empresa químico-farmacéutica alemana adquirida por Monsanto, gigante de los pesticidas en el mundo que enfrenta demandas porque sus productos han causado diversos problemas de salud en las personas.
En aquella ocasión la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informó que la cancelación e los plaguicidas corresponde a obligaciones contraídas por parte de México ante Convenios Internacionales.
Los pesticidas suspendidos están hechos a base de azinfos metílico, captofol, clordano, ddt, endosulfán, lindano y fentoato, mismos que debieron cancelarse desde 2015.
También fueron cancelados 220 productos correspondientes a 80 registros, señala además de los 19 de Bayer, a 71 de Koor Intercomercial SA, 20 de Dupont México SA de CV, 15 de Agricultura Nacional de Jalisco, SA de CV y 13 de Velsimex SA de CV, entre otros.
Al respecto, la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) informó que su resolución privilegia la ley ambiental sobre los derechos de propiedad o industria, y citó estudios que muestran el daño que el glifosato causa a los polinizadores.
Por su parte, la empresa alemana Bayer criticó a México por detener las importaciones del ingrediente principal de su herbicida Roundup, luego de que fue cancelada la entrada de mil toneladas de glifosato.
“Bayer respeta y comparte el interés del Gobierno mexicano en proteger a agricultores y consumidores. Desafortunadamente, la decisión de prohibir las importaciones de glifosato no ayudará a mejorar la inocuidad de los alimentos, la seguridad o la sostenibilidad en el país”, expuso la farmacéutica.
México es uno de los países que ha tomado medidas contra el glifosato, pues en Austria votaron en julio para prohibir la sustancia a partir de enero próximo mientras políticos en otras partes de Europa están considerando permitir que la autorización del producto químico expire a fines de 2022.