La falta de acceso a la tierra y al patrimonio es una de las principales causas de la violencia económica que enfrentan las mujeres rurales. A menudo, las mujeres no tienen derecho legal sobre las tierras que trabajan, ya que la titularidad de la tierra, en muchas ocasiones solo se registra a nombre de los hombres, incluso cuando ellas contribuyen significativamente al trabajo agrícola.
La propiedad de la tierra en México presenta una marcada desigualdad de género. Según datos de ONU-Hábitat, en tierras de tipo ejidal o comunal, solo tres de cada diez personas ejidatarias o comuneras a nivel nacional son mujeres. Además, de los 14.6 mil ejidos y comunidades con órganos de representantes, sólo el 7.4% fue presidido por una mujer en 2019.[1] Esta falta de propiedad las coloca en una situación de vulnerabilidad económica, ya que no pueden acceder a créditos, subsidios o programas gubernamentales que dependen de la titularidad de la tierra.
A pesar de su gran contribución en la producción y conservación de recursos, las mujeres en el campo enfrentan una notable desigualdad, principalmente debido a la falta de reconocimiento legal de sus derechos sobre la tierra.[2] La violencia física y psicológica también está presente en las comunidades rurales, y la falta de autonomía sobre la tierra es un factor clave en su perpetuación.
Muchas mujeres que trabajan la tierra o la agricultura se enfrentan a la discriminación de sus propios familiares o de la comunidad, pues no las reconocen como sujetas de derecho, igual que a los hombres. Tan solo en las zonas rurales de la Ciudad de México, la violencia a lo largo de la vida afecta al 42.9% de las mujeres, mientras que en las urbanas es del 29.8%. Además, en los últimos 12 meses, el 66.7% de las mujeres rurales han sufrido algún tipo de violencia, frente al 17.7% de las mujeres urbanas.[3]
La tierra, en el contexto agrario, no solo es un medio de subsistencia, sino también una fuente de poder, autonomía, revalorización y diferentes significados dependiendo el sitio o la comunidad e incluso la propiedad social es un punto focal para proyectos tecnológicos que permitan una mejor organización de los núcleos agrarios, en donde muchas mujeres han buscado estos apoyos. Sin embargo, al no ser propietarias de la tierra, las mujeres rurales carecen de un respaldo que las proteja de la violencia física, psicológica y económica, y a menudo dependen de los hombres en su vida para sobrevivir. Esta dependencia perpetúa un ciclo de violencia que se transmite de generación en generación.
En este 8 de marzo también es necesario poner al centro de la reflexión y el reconocimiento la desigualdad interseccional que enfrentan las mujeres en el campo mexicano, pues a pesar de los avances, las desigualdades persisten y la inclusión real requiere medidas contundentes para garantizar que las mujeres rurales, indígenas, afromexicanas, de todas las edades y bajo cualquier tipo de condición, accedan a los mismos derechos y oportunidades que los hombres.
Debemos avanzar hacia una sociedad en la que las mujeres en el campo sean reconocidas por su trabajo, por su enorme aporte a la vida en comunidad, al trabajo de cultivo para el autoconsumo que en la mayoría de las ocasiones no es remunerado y generar políticas públicas que impulsen su participación activa y de hecho en la toma de decisiones sobre sus tierras y recursos, garantizando una justicia agraria plena e inclusiva.
Conforme nos acercamos al 8M, Día Internacional de la Mujer, es fundamental reflexionar sobre el camino que aún queda por recorrer para garantizar la plena igualdad de las mujeres en el campo. Es necesario que la lucha por la justicia agraria y por los derechos de las mujeres rurales se convierta en una prioridad en la agenda nacional, para construir un futuro más justo e inclusivo para todas.
FUENTES DE REFERENCIA
- Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU). (2020). Mujeres por el acceso a la tierra.
- Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM). (2019). Violencia contra las mujeres en el ámbito rural.
- Casas, J. (2017). La violencia contra las mujeres en el campo mexicano: un análisis de las relaciones de género en las comunidades rurales. México: Universidad Autónoma Metropolitana.
- [1] Mujeres y tenencia de la tierra
- [2] Las mujeres y el acceso desigual a la propiedad de la tierra en México | Instituto Nacional de las Mujeres | Gobierno | gob.mx
- [3] MUJERES RURALES – y violencia en la Ciudad de México